- "Seven devils all around me.
Seven devils in my house"
Los siete demonios de Jaella Targaryen están preparados para hacerla sufrir.
Pero, ¿Estarán ellos preparados para ser destruidos?
House of the Dragon AU fanfic
Aegon II Targaryen x oc fe...
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C.4: La orden de un Rey
Palabras: 5330
Advertencias: Discusiones, humillaciones, intento de manipulación infantil.
Comentarios míos: Disfruten el cap y adórenlo 💖
King's Landing
124 D.c
La Sala del Consejo se encontraba en una reunión exclusiva con ciertas autoridades que el rey necesitaba en ese momento. Su familia se encontraba reunida casi enfrentándose, de un lado estaba la Reina Alicent Hightower y sus hijos Aegon, Aemond, Jaella y Helaena Targaryen, y del otro, la princesa Heredera al Trono Rhaenyra Targaryen junto a Laenor Velaryon y sus hijos Jacaerys, Lucerys y Daemya, mientras que cerca de ellos se encontraba su hermano el príncipe Daemon Targaryen y su hija Baela.
Frente a la mesa, se encontraba su Mano Lord Lyonel Strong que estaba a pocos días de dejar su puesto y su hijo mayor, Harwin Strong. Ambos con sus rostros inexpresivos al estar junto al causante de la exclusiva Reunión, el caballero y protector de la Reina: Sir Criston Cole.
– Me atreví a hacer esta Reunión solo con ustedes ya que son los involucrados en el incidente del patio –comenzó el Rey. Daemon sonrió sabiendo ya lo que su hermano había decidido–. Como su entrenador, Sir Criston, usted debería de enseñarle a mis hijos y a mis nietos, el trabajo en equipo y como mantener de buena forma una espada en sus manos, no enseñarles a pelear entre ellos.
El caballero miraba al Rey con molestia, más la mirada angustiada de la Reina era lo que llamaba la atención de Rhaenyra y Lord Lyonel. Aunque Daemon Targaryen no se quedaba atrás, siendo capaz de poder descubrir que estaba sucediendo allí. Rio para sus adentros, llamando la atención de su hija, sobrinos y sobrinos nietos.
La Reina consorte trato de hablar.
- Su Majestad, no creo que...
La mano levantada del Rey la hizo callar. Sería mejor que se mordiera su lengua y no interrumpiera, para evitar que el problema se agravara.
– Por lo que luego de meditarlo unos minutos, tomé la siguiente decisión -miró a Alicent quien bajo su mirada al suelo con incomodidad–. Desde hoy en adelante, mis hijos y nietos serán entrenados por Sir Harrold Westerling y por Sir Harwin Strong.
La noticia hizo que la Reina se descontrolara y hablara ¿Cómo se le ocurría? ¿Acaso quería dejar la Casa Targaryen más hundida de lo que ya estaba? Era completamente descarada la forma en que los niños habían sido concebidos, para que ahora el rey los dejara entrenar con su padre biológico. Las habladurías comenzarían, los chismes correrían por todo el reino de aquel descaro.
