𝐆𝐫𝐞𝐚𝐬𝐞 | 𝐋. 𝐒

Blue Moon

Harry estaba dispuesto a dejar aquel cine a pie, caminar por las calles hasta llegar a la parada de autobus o parar un taxi e ir a casa, pero aquella mujer rizada de cabello rojo en la salida no lo dejó salir a pie, en ese momento recordó lo que había dicho Payne más temprano “el muy idiota parece que no sabe que debe salir en un auto del autocinema” Styles se maldijo al tener que volver con su amiga y su hermano. El de ojos verdes era demasiado introvertido cómo para pedirle el favor a alguien de que lo sacara de aquel lugar, estaba completamente aterrado con la idea de que no lo dejaran salir del auto en cuanto él lo pidiera y lo secuestraran cómo varias veces le había dicho su madre que las personas lo hacían con los jóvenes inocentes (o más bien, idiotas) cómo lo era él.
Aquella última canción dónde John Travolta y Olivia Newton-John cantaban a dueto comenzó a reproducirse, Harry tenía poco tiempo para volver o para tomar una decisión. Tras morder levemente sus uñas por los nervios decidió volver con duda al auto de los hermanos Swift subiendo al asiento detrás del conductor, el mayor de los hermanos le dedicó una leve sonrisa mientras buscaba su mano para tomarla.

—¿Todo bien, Harry? — Preguntó en un susurro girando a verlo levemente por el lado izquierdo para no molestar a su hermana y tampoco incluirla en su plática.

—Sí, debía ir al baño. — Mintió en el mismo bajo tono que su conductor.

—Creí que te quedarías en el auto con tu vecino.

—Prefiero soportar a Malik que a Louis. — Mintió una vez más, Zayn era de las personas que peor le caía en el mundo, esa forma tan sarcastica y nada sensible de decir las cosas era algo que admiraba de la gente pero detestaba en su compañero de obra, eso le había traído en más de una ocasión peleas con el pelinegro.

—Taylor me dijo que eran amigos. — El rizado miró a su amiga levemente mientras negaba con la cabeza.

—Para nada, no somos amigos.

—Sólo vecinos. — Fingió comprender.

—Sólo eso, de vez en cuando cuidaba a su hermana pero nada más, es sólo para ayudar a la señora Tomlinson.

—Tomlinson, Tomlinson, me suena… — Repitió el apellido intentando recordar algun lugar u ocasión dónde hayan mencionado anteriormente aquel apellido. —¿Es algo del doctor Mark?

—Es su hijo.

—Lo suponía, vives en un buen barrio, Harry.

—Creo que sí, aunque no tengo un auto convertible. — Recordó el auto en el que estaba sentado, ambos rieron un poco, el conductor del auto a su derecha giró a verlos, aunque en ningún momento había apartado la mirada de aquel lindo y pretencioso auto, podía sentir cómo la sangre le hervía por la furia, Harry reía con aquel tipo cómo si estuviera pretendiendolo.

—Podrías tener uno.

—Talves cuando tenga mi propio empleo.

—¿No te darán uno para la universidad?

—Creo que iré a Oxford.

—¿En verdad? — El rubio estaba entusiasmado, Harry asintió levemente.

—Tengo una entrevista dentro de poco, espero me acepten. — Sonrió entusiasmado, ir a aquella prestigiosa universidad era una de las cosas que más deseaba en aquellos momentos.

—Eres muy inteligente Harry, seguro lo harán.

—Con algo de suerte me dan una beca también.

—¿Siempre quisiste estudiar en oxford?

—Quería Harvard, pero mi mamá me dijo que era imposible que me fuera del otro lado del mundo yo sólo.

—Es parte de crecer, Harry.