There Are Worse Things I Could Do

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Una corriente de aire recorrió la espina dorsal de Harry, su espalda estaba completamente desnuda al igual que todo su cuerpo, sólo que una pequeña manta lo cubría de la cintura para abajo. Su alarma se había convertido en un taladro para él mismo, evitó a toda costa escuchar aquellos pajaros cantantes que anunciaban un nuevo día colocando su almohada sobre su cabeza, pero a pesar de eso el fuerte cantar de los pajaros atravesaba aquella suave superficie hecha de plumas. Harry en un rápido movimiento harto tomó su teléfono del buró cerca de su cama, vaya error, aquel movimiento le había causado un dolor en la espalda baja que casi lo hace soltar un jadeo de dolor, volvió a su posición original de estar boca abajo, ahora recordaba porque no había dormido en su posición fetal cómo lo hacía normalmente.

—¡Harry, a despertarse! — Escuchó la ronca voz de su padre detrás de su puerta, se sorprendió al saber que no estaba sólo en casa.

—¡Sí, ya voy para la ducha! — Mintió, el rizado estaba demasiado adolorido y cansado cómo para levantarse en un sólo momento. Talló sus ojos con sus manos hechas puño y se dispuso a ver la pantalla de su teléfono aún recostado, en busca de algún mensaje importante, eran las 7:19 de la mañana, ¿quien carajos le enviaría mensajes antes de esa hora? Se maldijo al ser demasiado tonto cómo para creer que Louis le había enviado algún mensaje. En su impresora había una hoja y recordó que noches antes había bloqueado el contacto del mayor en su teléfono, talves aquella hoja era un mensaje de él. Harry con todas las fuerzas de su ser se arrastró por la cama para colocar sus pies sobre el suelo poco después, suspiró sabiendo que aquel dolor aparecería, y en efecto, aquellas dolorosas punzadas estaban ahí, también aquella sensación de humedad. Colocando su sábana cómo protección enredada en su cintura se acercó a la impresora con pasos cortos, tomó la hoja al por fin llegar a ella.

“Tuve que irme antes del amanecer, luces precioso mientras duermes.
—Louis”

El rizado sonrió levemente en parte por el mensaje y en parte al recordar lo ocurrido la noche anterior, dobló la hoja en cuatro para guardarla debajo de su computadora y ocultar aquel secreto que al no tener amigos lo suficientemente cercanos cómo para contarselo se llevaría a la tumba.
Al caminar por la habitación se encontró con su pijama, se la colocó en rápidos movimientos a pesar de sentir que su cuerpo le dolía de más, necesitaba ser rápido y fingir que la noche de ayer no había sido una de las mejores en su vida. Salió de su habitación tras dar un suspiro profundo intentando caminar de la manera más normal posible, aunque cualquiera que le prestara la suficiente atención notaría su caminar diferente, afortunadamente sus padres no lo hacían.
Tras tomar un par de medicamentos para el dolor y un caliente pero placentero baño fue de vuelta a su habitación, una toalla cubría su cabeza secando su cabello, mientras su bata de baño cubría su cuerpo, el rizado no encontró ninguna de las camisas que disfrutaba ponerse en su closet, talves su madres las había mandado a planchar o las había lavado, tendría que usar aquella blanca repetitiva con su lindo blazer negro y unos jeans del mismo color, los colores neutros no eran sus favoritos para vestir, pero aquella combinación lo hacía sentir comodo de algún modo. Peinando sus rizos y colocando un poco de humectante labial sobre sus labios se miraba al espejo, los rizos de Harry estaban bien definidos el día de hoy, sin duda una bufanda haría un perfecto juego con él, pero aquella prenda sólo le daría calurosos momentos en toda la mañana, talves para la hora del ensayo estaría bien llevarla, saldrían a las 8 ese día y a esa hora el frío viento se hacía presente.
Amarrando sus agujetas con algo de dolor aún terminó de estar listo, tomó su mochila, su teléfono y sus audífonos que se encontraban sobre su pequeño escritorio para salir de su habitación dejando la puerta abierta ya que su madre no le dejaba tener privacidad de día y su padre sólo dejaba que la tuviera de noche.

—Ya era hora, no te vamos a esperar para desayunar todo el tiempo que quieras, Harry. — Su padre comía una pieza de pan con mermelada de fresa y café mientras veía el periódico, su madre veía su tableta electrónica mientras daba un sorbo a su té verde restándole importancia a que su hijo estuviera ya en el primer piso con ellos.

𝐆𝐫𝐞𝐚𝐬𝐞 | 𝐋. 𝐒Donde viven las historias. Descúbrelo ahora