Casada antes de amar

Capitulo 1.

24 de octubre de 2019, Londres.

Lynox POV.

Mi vida ha consistido en dinero, dominio, negocios y mujeres, mujeres que sólo han venido para complacerme sexualmente, ninguna se ha quedado en mi vida. Tengo todo lo que un hombre desea: dinero, poder y mujeres a sus pies. Con tan solo darles una cálida sonrisa o un guiño, caen a mis pies. A pesar de todo el dominio que poseía, aún no estaba completo, no tenía a mi madre con vida, pero en cambio, tenía un padre ausente, algo que nunca olvidaré. La muerte de mi madre se llevó con ella una parte de mi, el corazón, el aprecio que tenía por las personas y los sentimientos. Nadie sabe de lo que se siente tratar y no sentir nada.

No es el sentimiento de plenitud lo que necesito, sino el sentimiento de no estar vacío.

Lo curioso de tener todo este supuesto éxito, es que detrás hay cierto vacío espantoso.

Mi vida dio un giro realmente interesante e impactante hace dos años, todo cambió y por primera vez en años sentí que mi corazón todavía estaba allí.

Mi motivación por vivir estaba allí, dando nuevamente sus señales después de muchos años, la oscuridad que me invadía estaba siendo rodeada por esa pequeña luz, que poco a poco se convirtió en la luz de mi vida, en mi razón de ser. Y después de mucho años, tenía aún más ganas de vivir.

Mi madre siempre me había inculcado que si un hombre no tenía una mujer fuerte a su lado. Ese hombre no tendría el poder que necesita.

Mis pensamientos son interrumpidos por una mujer, la cual se me acerca tratando de llamar mi atención. Sin embargó, era un hombre con paciencia limitada, realmente odiaba a las personas que me quitaban mi preciado tiempo.

—Atrás —ordenó.

La mujer frunce el ceño y mis escrúpulos comienzan a desbordarse, no estoy aquí para perder el tiempo con estas cosas.

—Señor, por favor, reconsiderelo —tararea, tratando de hacer coincidir su voz con su postura.

—Retrocede —exijo enojado.

—Por favor, sr. Lennox —suplicó casi entre lágrimas.

Me levanto de mi escritorio y ella salta. —Te doy dos segundos, para salir de mi vista.

Ella desaparece de mi campo de visión y suspire enojado, estaba demasiado irritado y aturdido. Mucho más de lo que frecuentemente estaba, siempre trataba de hacer frente a todo. Sin embargó, había ocasiones en las que me sentía tan agotado.

Giro los ojos cuando la puerta de mi oficina es forzada a abrirse, para que entre por ella la única persona que me queda como familia. Mi tío, era muy paternal para mi, ya que mi padre me había abandonado y él era todo lo que me quedaba.

El era respetado, imponente y en ocasiones malvado, su única responsabilidad y deber fue dármelo todo: Una educación intachable, estudios superiores, lujos y todo lo que mis caprichos querían desde niño. Y gracias a ello, ahora se comportaba como mi figura paterna y me hablaba de la manera que un padre estricto le hablaría a su hijo malcriado, sin duda alguna era un grano en el culo que deseaba mantener.

Es un hombre con una constitución física gigantesca, un color de ojos azul zafiro. Uno común de los Lennox, llevaba como de costumbre un traje bien planchado y zapatos relucientes. Impecable e imponente, oliendo a las mejores colonias italianas y cuando se acercó a mí me miró con una sonrisa de lado a lado.

—Tío.

—Primero que nada, buenas noches, ¿por qué esa chica salió llorando? —me cuestiono algo común en él, es como mi padre y siempre se comporta como tal.