Capitulo 10.

245 10 2
                                    

Fiorela Mckee POV.

Hay gente que nunca se arrepiente de nada. Consideran que sus errores forman parte de lo que son hoy en día, por ello mismo no cambiarían nada de su pasado. Por mi parte, soy de las que piensan que el arrepentimiento es una muestra de humildad, es saber reconocer los fallos propios y ser consciente de que podías haber hecho las cosas de un modo mejor.

El momento en que mi hija nació fue probablemente el momento más feliz de mi vida. El nacimiento de Adara fue un momento tan intenso y maravilloso que simplemente no hay palabras para describir la alegría abrumadora que conlleva. Cuando cogí a mi hija por primera vez en mis manos sentí que las endorfinas se precipitan por todo tu cuerpo.

Tantas tensiones y miedos se alivian instantáneamente cuando veo a mi hija, ese pequeño y precioso milagro de la vida se encuentra bien, ahora le habíamos fallado. Lo más importante en nuestro mundo, no quería saber nada de ambos, ya no la esperaría en las noches. No habría más trío imparable, no más bromas al señor tomate.

Me duele mucho que ya no nos tome en cuenta, pese a que la amamos  mucho. Le juramos amor eterno y ahora, nos ignora pero es comprensible.

¿Quizás estamos pagando por ser malos padres?

¿Es el verdadero amor?

No sé qué está haciendo con su vida y, sinceramente, cada vez me importará más. La tristeza embarga nuestra vida y sentimos que el alma se nos parte en dos. Es muy difícil poder superar esto, pero poniendo de nuestra parte podemos lograrlo poco a poco.

Miro frente a mí a Manuel tomando un poco de whisky mientras ahoga su desdicha en alcohol, hemos tratado de comunicarnos con ella. Sin embargo, su teléfono está apagado y por desesperación, terminamos comunicamos con Tynas y simplemente nos respondió que estaba bien.

Estaba por acercarme a mi esposo y la puerta de su oficina se abre bruscamente, estaba mi hijo mirándonos con el ceño fruncido y su teléfono en la mano.

—Buenas tardes, padres —saluda Oliver al entrar—. ¿Podrían decirme por qué Adara no atiende mis llamadas?

Los nervios me invaden y Manuel se levanta de su asiento acercándose a su primogénito.

—Está en su luna de miel —dice Manuel sonriéndole a su hijo—. Dale espacio, pronto se comunicará.

—Tienes razón, papá —dice—. Todo fue tan rápido que estoy muy feliz por ella.

—Si, fue una sorpresa.

—¿Mamá, cuándo iremos a visitarla? —pregunto—. Tengo muchas cosas que decirle.

—¿Cómo por ejemplo que estás saliendo con Rose? —pregunto arqueando una ceja.

—¡Mamá! —chilla

—¿En serio Oliver, te gusta desde hace años? —cuestiono cruzando mis brazos.

—Simplemente, mantente en silencio mamá —me ruega—. Cuando hable con ella se lo diré.

—Está bien, Oliver.

—Tengo una pregunta madre.

—Ya la estás haciendo.

—¿Sabían del amorío de Adara con el hombre más codiciado del país? —indaga sorprendido—. Ese hombre tiene fama de mujeriego, sin embargo en la cena se le iluminaban los ojos al observar a mi hermanita.

—Ya sabes como es Adara, tan difícil de leer —respondo intentando sonar creíble—. Ella es Adara Mckee después de todo, sabrá qué hacer.

—De eso no tengo duda —bromea—. Adara tiene el temperamento del diablo.

Casada antes de amarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora