Capitulo 6.

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Adara POV.

Traicionada así me sentia, la traision mas dolorosa es la del amor. Sentía que me moría por dentro cada segundo, no sé trata de un matrimonio arreglado. Se trata de mí y de mis padres, de nuestra relación y quisieron joderlo todo. Por qué maldicion no quería saber nada de ellos por ahora. Las personas que te traicionan pueden volver a hacerlo y por eso es preferible no confiar en ellas.

Es increíble cómo alguien puede romper tu corazón y, sin embargo, sigues amándolo con cada parte de tu alma.

Estábamos en la mansión de mis padres el lugar que me vio crecer; jugar, llorar y brincar de alegría. Una parte de mí estaba tan destrozada que quería gritar pero mi parte orgullosa solo me permitia mirar todo en silencio, el silencio dice más que mil palabras. Caminamos adentro de la mansión y mis padres venían detrás de mi llorando, el hombre que se dice llamar mi esposo caminaba junto a mí, lleno de impotencia, elegancia y felicidad.

¿Como podía estar feliz?

Había jodido todo, absolutamente todo. Adentramos y mis ojos picaron al ver los cuadros que llenaban la mansión, fotografías de nuestra familia, mías y junto a mis mejores amigas desde pequeña. Esta era mi vida una que tendría que dejar por un hombre.

Por uno que no amaba.

Observó las maletas listas y mi corazón se quiebra, estaba sorprendida tenian todo tan planeado. Limpio mis lágrimas antes de que caigan, el no me conocía y era una maldita hija de puta conquienes lo merecían.

—Cariño —mis padres hablan al unísono.

—Me hacen sufrir y dicen amarme.

—Por favor, Ara —murmura mi padre intentando tomar mi brazo.

—Adara, desde hoy no quiero tener comunicación con ustedes —les informó sonando lo más tranquila pero por dentro estaba hecha pedazos.

Mi padre solloza y mi madre no me da la cara; ambas éramos iguales, tan jodidamente iguales que dolía. El hombre del aeropuerto se acerca a mis malestas y las toma, arrastrándolas fuera de la mansión.

No me he despedido de mis amigos, del chico que quiero, de mis mejores amigas. Me iría sin decir adiós y dolía mucho, dejar todo por alguien que nisiquiera amaba, quería huir pero sabía que era una perdida de tiempo.

Cuando salimos de la mansión, la figura de un chico de mi edad aparece y una pizca de esperanza llega a mi. Había venido por mí, escaparemos juntos, el me quería.

Pelman.

Corro a su dirección y nadie me detiene todos están el silencio, el me mira directamente a los ojos y sonrío. Por primera vez en este día no me sentía usada.

—Gracias por venir, escaparemos juntos —le digo llena de euforia, tomando su mano con la mía pero la aparta bruscamente.

—¿Acaso no leíste mi mensaje? —pregunta serio y me congeló.

—Por supuesto que no —respondo incrédula—, ¿acaso no te das cuenta de mi situación?

—Tengo tres cosas que decirte, Adara.

—¿Qué pasa? ¿Por qué actúas tan extraño, Pelman? —le preguntó irritada y llena de pánico me daría un ataque de ansiedad.

—¿Lo primero es, no creías que nosotros íbamos a durar demasiado? —cuestiono mirandome fijamente—. Segundo, jamás te ame, eras simplemente un reto pero las cosas se salieron de control y por último, ahora eres una mujer casada. Estamos a mano, Roja.

Una bofetada impacto su rostro, tan fuerte que mi mano duele pero el dolor que sentía por dentro era peor. Un dolor repentino se cruza en mi pecho y sentía que estaba por tener un ataque cardíaco, camino lejos de él y subo al auto, quería llorar.

Casada antes de amarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora