Al final termine durmiendo en la cama y él en el sofá, nuestra pelea de anoche fue algo imprudente y me sentía demasiado avergonzada no sabia que tenia una parte así dentro de mí.
Cuando me levante en la mañana, Tynas aún dormía en el sofá. Me bañe y vestí con un conjunto azul oscuro de una pieza, en mi cuello gindaba mi cadena familiar. En mis orejas dos enormes aretes y en mi dedo anular mi anillo.
Mi cabello estaba siendo sacudido por la brisa, era un día bastante soleado para ser las nueve de la mañana. Todos los empleados volvieron a la normalidad y algo me decía que ocultaban algo e encubriendo, y tal ves se arriesgarian a confesarlo. Si estaban a solas conmigo.
Había desayunado solo fruta, cuando desayunaba fruta era porque estaba inquieta, me molestaba algo o no andaba bien algo conmigo. Y realmente era así, porque no dejaría de tomar café por algo insignificante.
Miro con atención la piscina era hermosa, lujosa y perfecta. Sin embargo, mi atención va a mi teléfono el cual tomo entre mis mano y le escribo a mis padres en el chat grupal.
Familia:
Yo: Hola padres, espero se encuentren bien. Los hecho de menos.
Papá: Mi hermosa cereza, también te extraño. Hija perdóname.
Mamá: ¿Spencer sucede algo querida?
Yo: No, todo está bien. Solo quería disculparme por mi comportamiento.
Mamá: No cariño, nosotros somos lo que te debemos una disculpa.
Papá: Te extraño mi terrón de azúcar.
Yo: Y yo a ustedes, tengo que irme. Los amo.
Apago mi teléfono dejándolo caer en mis piernas y me recuesto en la silla playera, estaba demasiado aturdida. Amaba a mis padre. Sin embargó, aún me tomaría tiempo confiar en ellos, miro a mi alrededor aburrida y alguien me extiende una taza de café y un desayuno inglés.
-Margaret, te dije que no deseo comer-musito.
-Cuando comes frutas es porque algo te molesta-dice Tynas y abro mis ojos de golpe.
Lo observé cambiado y para mi mayor sorpresa, no tenía un traje elegante para ir al trabajo. En cambio, llevaba una vestimenta muy casual; Pantalones cortos de color negro y una camiseta blanca. El me mira de arriba a abajo y me extiende el desayuno, sin embargo lo ignoro.
-Por favor, Adara. Come algo.
-No me des órdenes.
-No te lo ordeno, te lo suplico.
Levanto mi mirada así el, tiene el rostro visiblemente preocupado. El ceño fruncido y los ojos apagados, tomo las cosas y como en silencio rendida. Cuando pienso que se irá, en cambio toma una silla playera y se sienta junto a mi.
-Gracias-susurro.
-Ok.
-Vamos, Adara.
-¿Qué quieres?-pregunto cruzando mis brazos.
-Quiero a mi esposa sonriéndome y comiendo correctamente.
-Deberiamos aclarar algo-digo-, lo que pasó este fin de semana no ocurrirá de nuevo. Escúchame bien Tynas, si te vas avísame y contesta el jodido teléfono. Así estaré más tranquila.
-¿Te preocupas por mi?-pregunto sonriendo.
-¿Acaso fue lo único que escuchaste?-cuestiono-. Si, me preocupo.
-Me alegra que lo hagas, te quiero Adara.
-Solo... deja de ser tan bipolar-gruño-. Somos tan iguales que corremos el riesgo de matarnos, el uno al otro.
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Casada antes de amar
Aléatoire¿Hay algo peor que casarse con el hombre más codiciado del país? Adara Mckee, una chica hermosa de corazón bueno y feroz. Ella vive con sus dos padres y los admira mucho, pero hay un pequeño secreto que le han estado ocultando y tienen miedo de que...