5.- Fuera de los limites.

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Conforme pasaban los días, Aonung suspiraba cada vez con mas constancia.

Pero no era su culpa.

Era Neteyam.

Neteyam... el era tan... él.

Era la forma en que caminaba con la elegante facilidad de un gran felino de la selva. 

La forma en que hacia cosas que deberían haber sido demasiado pesadas para su esbelta figura pero que parecían no ser nada para el. 

La forma en que empujaba sus largas trenzas hacia atrás del hombro sin pensar cuando tejia redes. 

La forma en que sus ojos brillaban con fascinación cuando aprendía algo de lo que no tenía conocimiento.

O tal vez, incluso la pequeña arruga entre sus cejas justo antes de clavar su cuchillo en el caparazón de un cangrejo una noche.

Se estaba sintiendo ridículo, de verdad.

Tambien era consciente de que, todo lo que hacía el chico mayor parecía ser la definición de un miembro de clan perfecto.

Era considerado, amable, divertido, responsable y se integraba fácilmente.

Pero para Aonung, probablemente la mejor parte de Neteyam era el cómo se reunía obedientemente con el todas las noches fuera de su marui, viendo cómo parecía que se alargaba su sonrisa a la luz de las estrellas, mientras se le caía la pesada máscara de ser el hijo de Toruk Makto.

Neteyam era secretamente torpe, ingenioso y a veces incluso un poco mezquino en sus respuestas sarcasticas.

Y ninguno de los dos se lo tomaba como algo personal cuando el otro se frustraba durante sus sesiones de entrenamiento, lo cual era una primicia para él.

Aonung estaba acostumbrado a andar con pies de plomo con todo el mundo, (únicamente exceptuando a Rotxo), e incluso entonces siempre encontraba la forma de decir algo equivocado en el momento equivocado.

Ofendía a los guerreros mayores, enojaba a su madre, hacía llorar a su hermana o gritar a su padre.

Pero a Neteyam parecía no importale, y Aonung sospechaba que tal vez tenía algo que ver en cómo había sido criado o quizás por el ambiente del lugar en el que había crecido.

Realmente el nunca preguntó y Neteyam tampoco ofreció ninguna explicación.

Pero últimamente, había algo que prácticamente  lo había tenido con el corazón en la mano en varias ocasiones.

El otro tema del que Aonung anhelaba hablar, por encima de cualquier otra cosa, pero que también sabía que estaba fuera de los límites

Ellos

De esta situación en la que se encontraban.

Era frustrante el tiempo que llevaban atascadas todas sus dudas en el pecho. 

Cada vez que aonung se armaba de valor para abordar el tema, miraba a Neteyam a los ojos y sin querer, se terminaba fijando en los pequeños hoyuelos que tenía alrededor de su boca. Continuando en un segundo de suspensión, en el que se sentía como si cayera por un acantilado y no pudiera respirar, no pudiera gritar, no pudiera contenerse.

¿Y si realmente solo estaba confundiendo las cosas que habían pasado?

¿Y si arruinaba todo lo que tenian al abordarlo?

¿Y si finalmente conseguía encontrar las palabras adecuadas para alejar a Neteyam, antes de que tuviera la oportunidad de realmente acercarse a el?

«Constellations» - Aonung x NeteyamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora