18.- Levantarse gradualmente.

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Aonung se fijó en el brillo feliz en el rostro de Neteyam, en las pequeñas arrugas alrededor de sus ojos y en los extremos puntiagudos de sus dientes, que eran mucho más pronunciados que los suyos. 

Se concentró mucho en esos pequeños detalles e hizo todo lo posible por no mirar los afilados colmillos y los ojos mordaces amarillos que se habían contraído en rendijas que lo miraban desde la espalda de Neteyam.

— Pequeña — repitio débilmente, sintiendo una oleada de risa nerviosa burbujear en su garganta.

Neteyam tarareó alegremente y se volvió hacia su banshee de montaña. 

El Ikran inmediatamente detuvo su mirada asesina y cerró los ojos con un ronroneo tan pronto como toda la atención de Neteyam estuvo sobre ella. Él acarició a lo largo de su cuello y debajo de su barbilla.

Todo el cuerpo de Aonung se estremeció al ver cómo aquellos delgados dedos recorrían su hocico y se aferraban juguetonamente a sus prominentes dientes.

— Tiku — dijo en tono serio, y ella abrió grandemente los ojos al oír su nombre. Su cabeza estaba relajada, y Neteyam agarró su mandíbula inferior con la otra mano. —Ya hemos hablado acerca de ser amenazante con mi familia, ¿no?

Ella arrulló, sacando ligeramente la lengua.

Neteyam giró la cabeza hacia Aonung, quien todavía luchaba con todas sus fuerzas para no precipitarse hacia adelante y arrastrar las manos de Neteyam de entre las mandíbulas que probablemente le arrancarían todo el brazo si lo mordia con suficiente fuerza.

— Entonces, ¿Qué decimos? Lo siento Aonung, sólo estaba bromeando — Neteyam abrió y cerró la boca del Ikran, en una imitacion de habla. A Aonung le recordó a los pequeños titeres con las que a Tsireya le había gustado jugar cuando eran mas pequeños, y su padre había hecho voces graciosas para dar vida a sus historias. — Te prometo que soy una buena chica, pero me gusta actuar toda gruñona.

Neteyam le devolvió la mirada al otro chico con una sonrisita divertida. 

— Suena familiar, ¿no?

Esta vez, Aonung ya no pudo contener la risa. Toda la tensión que había estado conteniendo durante esos dos días, sobre su castigo, su almuerzo compartido y el posible encuentro con Neytiri se liberó en una oleada masiva de risas nerviosas.

Se dobló sobre sí mismo, con las manos en las rodillas, mientras intentaba recuperar el aliento.

Neteyam también se rió al verlo, soltó a Tiku y le dio un pequeño beso en la nariz. Ella emitió un alegre chasquido en la garganta antes de volver a centrar su atención en Aonung.

Él no se dio cuenta al principio, demasiado ocupado limpiándose las lágrimas de los ojos, pero entonces unas grandes garras afiladas entraron en su campo de visión, y se puso rígido una vez más.

Era una sensación incómoda tener a una criatura magna desconocida tan cerca. Aonung no sabía nada de banshees, la verdad sea dicha, y nunca había esperado volver a ver una tan cerca después de su primer aterrizaje inicial.

— Tiku — dijo Neteyam desde detrás de ellos, tranquilo y serio, pero con un notable matiz dominante. — Cuidado.

La ikran se acercaba cada vez más y mas, con su cuerpo fluyendo con gracia mientras navegaba sobre el suelo blando hacia él. Había tanto que asimilar, y los ojos de Aonung iban de sus garras a sus ojos, a los afilados dientes y a las enormes alas que temblaban ligeramente para mantenerla en equilibrio.

«Constellations» - Aonung x NeteyamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora