13.- Confesiones Concretas.

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Escucho a la lejanía gritos de sorpresa detrás de el mientras corría. Probablemente eran de alguien que había encontrado al ilu herido. 

Volvería a por él más tarde, se prometió a sí mismo, jadeando.

Como por obra y gracia de Eywa, visualiza a Neteyam a lo lejos. 

Estaba de pie junto al mauri de su familia, junto al agua. Parecía pensativo, ensimismado en si mismo. Sus manos estaban teñidas de rojo, como si hubiera estado pintando recientemente. 

Debió escucharlo dirigirse hacia el, por que el chico mayor conecta miradas con el a la pequeña distancia. 

Al llegar a su lado, Aonung casi los derriba a los dos en su prisa por llegar hasta él rápidamente. 

Neteyam dejo escapar un grito de sorpresa ante eso, pero lo agarró por la cintura y lo sostuvo durante un segundo, mientras intentaba recuperar el aliento. Sus ojos dorados se encontraron con los suyos y Aonung no deseaba otra cosa que sostenerlo en sus brazos, disculparse y llorar.

— ¿Por fin vienes a verme? —  Le pregunta suavemente, dedicándole una sonrisa amable y ojos brillantes.


Y Aonung sabe que no lo merece.

Que nunca lo ha merecido.


Cuando Neteyam se percató de su expresión de pánico, su sonrisa desapareció, arrugando sus cejas levemente en señal de preocupación. Empujo suavemente el cuerpo de Aonung para que se pusiera en pie completamente. 

— ¿Qué ha pasado?

— Lo siento, Neteyam—Aonung traga duro, sintiendo sus ojos picar por contener las lagrimas. — Lo siento tanto

El chico mayor parece tan sorprendido por esta clara muestra de emoción que instintivamente levanta una mano hacia él. 

Aonung retrocede unos pasos.

—  Me equivoqué. Yo... Se trata de Lo'ak, estoy tan... —  Siente un nudo en la garganta, pero luego se recompone.— Lo siento mucho, tanto, de verdad...

Neteyam se acerca, volviendo a su espacio. Puede oler su piel y vislumbra de nuevo las manos extrañamente manchadas mientras lo sujeta con ligera fuerza por ambos hombros.

—  Aonung. ¿Qué paso? ¿Dónde está mi hermano?

Se le escapa la primera lágrima, pero no hay espacio para quitarla.

— Se suponía que era una broma, tienes que creerme. Llevamos a Lo'ak al arrecife, sólo queríamos asustarlo un poco. Yo no...

Neteyam se contagia con su expresión de pánico, había horror en su mirada, allí y después se fue, antes de que la máscara del hijo de Toruk Makto se deslice firmemente en su lugar.

—  ¿Y qué pasó entonces?

— Nosotros... lo dejamos-

— Lo dejaste... — repite instantáneamente, interrumpiendo. No queda emoción en su voz. — ¿Dejaste a mi hermano pequeño solo en el arrecife?

— Pensé que se asustaría y vendría justo detrás de nosotros. Te lo juro... Lo esperé —  susurra débilmente, marchitándose bajo esa mirada.

— ¿Y?

Las cuerdas vocales de Aonung parecen hinchadas por el fuerte y doloroso nudo en su garganta, pero fuerza las palabras y se niega a dejarlas caer.

«Constellations» - Aonung x NeteyamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora