Capítulo 12. Mensajera del Amor.

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UN MES DESPUÉS.

Mire por la ventana a todos los jardineros arreglar las nuevas rosas que mamá había plantado. Era gracioso, pues mamá siempre quería plantar nuevas flores, las que fueran, y una vez lo hacía, no las volvía a tocar.

Sonreí ante eso. Y ante el recuerdo de una yo pequeña ayudándola. Tenía el cabello largo que cada vez que ponía la plata y le echaba tierra, mi cabello quedaba sepultado.

Tomé distraída mi teléfono que estaba frente a mis pies. Estaba abrazando mis rodilla sintiendo que eso me hacía controlarme un poco. ¿De qué? De ya no llamarlo. En cuando vi que no había ningún mensaje de él, lo bloquee y dejé el teléfono en su lugar.

Desde que me vino a dejar y papá lo corrió no lo volví a ver, o hablar con él. Ni por mensajes o llamadas. Se había desvanecido con él tiempo, y... Carajo, como me hacía sentir tan mal eso.

Hace dos semanas fui a su casa a buscarlo, sin embargo sus sirvientas me cerraron la puerta en la cara y me dijo que no estaba.

Así que esa fue la última vez que insistí demasiado, trate de llamarlo después de eso, pero no me contesta, me mandaba a buzón. Solo quería saber si estaba bien, y saber que había pasado.

Papá seguía molesto, al día siguiente apareció un video de lo que pasó esa noche, mi padre actuó rápido en el momento que lo vio y mandó a borrarlo, por fortuna no tenía muchas vistas o descargas, así que fue fácil desaparecer el video.

Mi relación con el se... ¿Quebró? No, no lo creo. Solo... Se malgasto. Se fracturó pero con el tiempo se volvería a componer.

Los golpes en la puerta me hizo apartar la mirada de la ventana.

-Adelante.

La chica de servicio entró sosteniendo una bandeja con un tazón de fruta y un sumo de fresa.

-Su madre se lo manda, dice que coma hasta la última rebanada de fruta.

-Gracias.

-Con permiso.

Salió de mi habitación y me levante caminando a mi mesita de centro. Me senté en el sillón frente a la cama y tomé el tazón. Encendí la televisión y puse una serie que ya tenía mucho no veía.

Me acomode en el sillón hasta que tocaron de nuevo la puerta. Dejé el tazón.

-Adelante.

En cuanto se abrió la puerta, el olor a perfume de fresa invadió mi habitación y la cabellera negra con rayos rubios de Eva apareció.

La mire sorprendida. Ella camino a mi y me tomó del brazo para levantarme y abrazarme. No se lo regrese, en cambio mire a la chica de servicio y le indique que trajera algo para ella.

-No sabes que alegría me da verte.

-Eva... ¿Qué haces aquí?

-Oh, esperaba un recibimiento más afectuoso.

Reaccione por fin.

-Perdón, es que... Es una sorpresa tenerte aquí. Pero igual me da alegría el que vinieras.

-Me contaron sobre el video, pero no lo vi. Dicen que lo borraron apenas apareció.

-Si, papá lo hizo.

-Pues mi más grande agradecimiento a tu padre, sabe moverse.

No podía dejar de mirarla y esperar a que no fuera cierto que estuviera frente a mi. No teníamos una relación tan íntima, y mucho menos un día me plantee que el que viniera a casa.

Blind LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora