Capitulo III.

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Camino a la oficina del director deteniendome afuera de la puerta y dando vueltas de un lado a otro mientras siento mi sangre hervir.

-Señor Fernández, ¿Puedo ayudarle en algo? - Escucho la voz del anciano y volteo a verlo con una sonrisa falsa.-

-No. -Digo nervioso-Solo buscaba los baños y me perdi.

-Oh...-Dice-Su baño privado no sirve?

Mierda.

-Ah s-si-Tartamudeo-Solo queria saber dónde están los baños en caso de que el mio ya no sirva- Miento nuevamente.

El director asiente y señala al fondo del pasillo.

-Está al final dando vuelta a la izquierda.- Me sonríe y luego hace un movimiento con la cabeza dándome a entender que se retira.

Pero antes que se vaya del todo toco su hombro como si fuese un niño pequeño.

-Director, me acabo de dar cuenta que en la segunda clase hay un chico que se quiere hacer el gracioso de una manera muy molesta.-Le digo.

El caballero me mira sorprendido y luego se voltea completamente hacia mí con la manos en las caderas y el ceño fruncido.

-¿Se puede saber a que se refiere? Pondré orden ahora mismo.

Suspiro aliviado, me cruzo de brazos y continuo hablando.

-Hay un chico, Ji... Al... Carajo, no recuerdo su nombre. -Digo haciendo una mueca.

-Le pediré que no use groserías dentro de la escuela.-Dice aún intrigado y yo lucho por no poner los ojos en blanco.

-De acuerdo. -Digo serio-. Álvarez, ese es su apellido, llegó tarde a clase tirando unas pelotas de futbol y... Vestía unos shorts rosados y cortos. -Comento algo asqueado -. Tenía un diadema del mismo color y actúa como si fuera una niña, tímida y demasiado sensible.

El director niega con la cabeza y me mira más confundido que antes.

-Si llego tarde creo que puede anotarle un retraso, no veo más problema señor Fernández.

-Se vestía como una chica. -Digo apretando aún más mis dientes.

-Sigo sin ver el problema. -Dice mientras se alza de hombros.

-Director... -Digo cerrando los ojos.

-Señor Fernández. -Habla molesto-. Así como acepto que tenga tintes en el cabello y tatuajes, acepto que los alumnos se vistan y actúen como quieran mientras no alteren el orden, esta escuela permite la libre expresión.

-Señor...

-¿Me está queriendo decir que es homofóbico?-Pregunta-. Porque ese tipo de actitudes son las que quiero alejar de esta escuela.

Niego bastante rápido con la cabeza.

-N-no, director. -Miento-. Es solo que no es natural que un chico... Ya sabe, con pene.

El director niega con la cabeza y puedo apostar que le sale humo por las orejas.

-¡Señor Fernández! -Exclama molesto-. Un comentario más de esa clase y no dudaré en buscar un reemplazo. Los jóvenes tienen toda la libertad de escoger su orientación sexual al igual que sus gustos, ellos pueden ser quienes quieran mientras no alteren el orden.

Con eso se da la vuelta molesto entrando a su oficina y cerrándome la puerta en la cara, al mismo tiempo que me deja con las palabras en la boca.

-Bien.-Le digo a la puerta.- Pero si otros estudiantes hacen mierda a ese chico.- Remarco bastante fuerte la palabra chico.-No me haré responsable. -Digo para luego irme.

∆Todo lo que ocurre en esta historia es ficcion∆.

GYM [Enzulian]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora