Capitulo XXII.

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-Puta madre, Enzo!.

Lautaro no dejo de gritarme desde la sala, pero yo me niego a levantarme del suelo del sótano.

Hay una alfombra a un lado del sillón, pero me gusta más el piso frío.

-¡CA-LLA-TE!. -grito y me retuerzo en la alfombra.

-¡Tenemos que irnos, te vemos mañana!.

Me quejo mientras cubro mis oídos y me hago bolita, esperando el sonido de la puerta cerrarse, pero sólo escucho las pesadas pisadas de Lauty bajar por las escaleras.

-Por cierto, es la una y media. -dice con una sonrisa burlona.

Abro los ojos de golpe y me levanto para correr al baño.

-Mierda. -grito mientras me quito la camisa sudada y el resto de mi ropa para meterme a bañar.

-¡Adiós!. -gritan Licha y Lauty mientras me lavo el cabello.

No me baño tan bien para quitarme el olor alcohol, y no puedo ponerme loción, así que me pongo a hacer un poco de ejercicio para sudar una vez salgo del baño.

No es suficiente, incluso yo huelo el alcohol y perfume baratos de la puta que con la que cogí anoche, pero me conformo y me pongo un poco de desodorante para luego salir sin mochila al auto, acelerando un poco para llegar a la escuela un minuto tarde.

-Mierda, mierda, mierda.-murmuro
mientras corro a la cancha.

Todos están sentados, algunos hablando entre sí mismos, otros, como Julián y Paulo besándose.

-¡Paulo!. -exclamo inevitablemente
cuando mete descaradamente su mano entre los muslos de Julián.

Me provoca un escalofrío y la bilis se me sube, y miro a otro lado para quitar mis ganas de vomitar, esta vez, literalmente.

Dybala se despega bruscamente de Álvarez, quién lo mira confundido.

-Veo que no sabe cumplir su palabra.

-Profesor, y-yo..

-Se quedará en la banca, servirá las bebidas. -le digo mientras voy por un par de pelotas.

-¿Qué?! ;No! P-Pero.

-De veinte vueltas a la cancha y después limpia las pelotas de la bodega. -ordeno, tomando una pelota y lanzándoselo a Nicolás-.Si reprocha estará afuera del equipo, su calificación bajará y se llevará dos días de suspensión.

Se levanta molesto, quitando bruscamente la mano de Álvarez que estaba en su espalda.

Mientras camina a la bodega Álvarez sólo mira apenado al suelo, apretando sus manos entre sus muslos, evitando mirarme.

-Alvarez, si no calma su calentura le comento que todavía hay otros castigos en la cancha.

Ni siquiera me mira, se limita a asentir mientras aprieta sus puñitos y escucha la risa de los demás.

-Primero jugará el equipo femenino. Para las prácticas algunos equipos serán de seis, ¿de acuerdo? Escojan sus equipos. -ordeno con voz rápida.

Las chicas se colocan en grupos, la mayoría estando con sus amigas y las que sobran metiéndose al equipo sin tener otra opción.

El equipo femenino es bueno, las chicas trabajan más en equipo a pesar de que algunas fallen la mayoría de los tiros.

[...]

El equipo masculino lleva jugando más tiempo, la clase acabará en diez minutos y solo el equipo de Julián ha conseguido cuatro goles.

-Julian quítate. -le digo desde la orilla, pero me ignora y corre hacia Nicolás-.¡Julián!. -grito cuando es tacleado por el chico, quién corre y anota un gol a su equipo.

-¡Eso es falta!. -grita uno de los chicos.

-¡Eres de mi equipo!. -grita Nicolás.
Julián solo mira al techo y se cubre el rostro con frustración.

-Cállense. -ordeno mientras me acerco a Álvarez y golpeó su muslo ligeramente con mi pie-. Levántate y sé un hombre, no fue para tanto.

Se acomoda la remera y se levanta, sujetandose de mi brazo cuando se marea un poco.

-Le dije que no fue... Mierda, anda a limpiarte. -digo cuando un hilito de sangre cae por su nariz--. Que sensible es su cuerpo, Álvarez -quito su mano de mi brazo y camino hacia los demás.

[...]

Dentro de dos horas tengo que entregar los nombres del equipo, pero aún no tengo el número que le tocará a cada quién.

-Los uniformes estarán el lunes, solo necesito los nombres con su número de jugador. -dice el director, entrando de sorpresa a mi oficina y sobresaltándome.

Acomodo las cosas desordenadas con nerviosismo e intento acomodar mi cabello.

Aún huelo a alcohol y ni siquiera me bañado.

-S-Sí, ya tengo los nombres. Sólo... sólo deme un poco más de tiempo. -le pido, buscando la hoja donde anoté los nombres.

-Señor Fernández, tuvo bastante tiempo. -hace una mueca al oler el alcohol-. Estuvo bebiendo?.

-¿Q-Qué? No, no, le... Le quité la cerveza a un estudiante en el estacionamiento y la tire en el piso, lo siento. -me excuso rápidamente.

El viejo pone sus manos en la cintura mientras ve el resto del lugar.

-¿Se puede saber a quién vio?.-pregunta.

-No lo sé. -me encojo de hombros-. No viene a fútbol, supongo que es un estudiante de último año.

-Esos adolescentes.. -dice poniendo los ojos en blanco.

-¡Aquí está!. -exclamo, encontrando la hoja en el último cajón.

Él me mira esperando y yo sólo borro mi sonrisa.

-El lunes tendrá la hoja en su escritorio a primera hora.

-Señor Fernández... -me mira molesto.

-Es que toma más tiempo de lo que cree. Hay jugadores muy buenos y hay que calificar, hacer mediciones, opciones... por favor. -ruego sintiendo vergüenza.

-Primera vez que me falla, Fernández.

-Y última vez, también. -sonrío
inocentemente.

Niega y camina a la puerta.

-Lunes a primera hora, sin falta,
¿entendido?

-Lo prometo. -sonrío mientras sale.

Y cuando cierra la puerta y estoy seguro de que se fue, comienzo a insultarlo entre dientes.

∆Todo lo que ocurre en esta historia es ficcion∆.

GYM [Enzulian]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora