Capitulo XV.

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Me he quedado en casa todo el día. Intentando pensar en que hacer contra Julian y lo mejor que se me ocurre terminaría saliendo hasta en el diario, yo con alguna multa y Álvarez en un reclusorio por abuso. Pero no quiero crear tanto drama, después de todo, Licha y Lauty no me lo perdonarían y todo sería un desastre.

Lavo mi ropa y ordenó pizza cuando me doy por vencido.

[...]

-A petición del director, comenzaré a escoger a los participantes para el equipo.

Escucho una queja por parte de todos y Emilia levanta la mano.

-¿Qué?. -digo molesto.

-Ni siquiera hemos hecho gran cosa. -comenta.

Alvarez sonríe, lo sé. No es necesario mirar para saberlo.

-Es por eso que estos tres días, comenzaré a analizarlos. Si realmente quieren estar en el equipo, tendrán que esforzarse. Son el peor grupo de todos los que tengo. -hablo sintiéndome levemente mejor, verlos desanimados ayuda.

Empecé a nombrar las personas que que quedarán con suplentes.

-Paulo, Julián, Emilia al banco.

-¡¿Qué?!. -gritan todos los nombrados al unísono.

-El equipo es de once. Siete se quedan en el banco, ustedes.

Julián me mira con ese extraño triángulo en su boca, pero después suspira y se va a la banca con sus amigos, aunque ahora me arrepiento.

Álvarez y Dybala se toman de la mano y juguetean entre ellos, con Emilia haciendo comentarios para que los tres rían.

-Empezaremos el partido. -le digo al resto y ellos toman posición aleatoria.

Dejo la pelota en el medio y todos comienzan a jugar.

La mayoría son terribles, dan pena, pero algunos como Cristian o Germán logran anotar. Aunque sus técnicas son torpes y solitarias.

-¡Suficiente!.-grito y los demás se detienen, pero ni siquiera los estoy mirando a ellos. -Ustedes no. -señalo al equipo-. Continúen.

Comienzan a jugar nuevamente algo confundidos, pero sin quejarse.

Me acerco a la banca, donde he observado hace minutos a Julián y Paulo besándose casi hasta que se tragan al otro, mientras Ferrero graba con su celular sin siquiera percatarse de que estoy detrás de ellos.

Le arrebato el celular de golpe y tomo a Paulo de la camisa separándolo bruscamente del castaño.

-Fue la última, Dybala. -digo-. Estás fuera de la clase. -lo miro con asco y rabia.

-¿Qué?.-habla con una sonrisa crédula.

-¡Que te vayas!.

Julián me agarra de la muñeca para que lo suelte, pero sólo tomó su nuca y aprieto hasta que se queja.

-¡Profesor!. -grita Emilia.

-Usted también. -la señalo-. Está fuera.

-¿Está seguro de que quiere hacer eso?. - dice Álvarez con una pequeña sonrisa en el rostro.

Suelto a Paulo empujándolo hacia la banca y dejando que se acaricie el lugar donde lo lastimé.

-Ambos, afuera. -ordeno y ellos se levantan.

Miro atrás, viendo al equipo entero observándome, todos atónitos, como si maltratar a un gay no fuese algo normal. Pero, el estrés se va cuando algunos comienzan a reír y señalarlos. Provocando que Emilia salga de la clase al borde las lágrimas.

-Sabe que lo lamentará. -amenaza Julián tomando su mochila para salir del gimnasio.

-Ustedes continúen. -le hablo al grupo. -Tú. -señalo a Paulo-. Hablaré contigo después de clases.

Él parece arrepentido, sólo baja la cabeza asintiendo y aún acariciando su nuca.

Escucho a los estudiantes comenzar a jugar y aprovecho para caminar hacia la salida, justo por donde Álvarez salió. Pero cuando salgo, el pasillo está vacío.

-Profesor. -escucho un susurro.

∆Todo lo que ocurre en esta historia es ficcion∆.

GYM [Enzulian]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora