GYM [Enzulian]

Capitulo VI.

Llego a mi casa y bajo directamente al sótano para desquitarme con un saco de boxeo. Golpeo hasta que mis brazos simplemente ya no pueden más.

La vida estaría mejor sin esos idiotas, asquerosos y enfermos. No sólo tiene que estar en la escuela sino que ahora también me roba a mis amigos ¡Con un día de conocerlos!

-Idiota.-Escupo mientras tomo una cerveza de la heladera.

Subo al segundo piso y dejo la cerveza en mi escritorio mientras me pongo a hacer planificaciones para el entrenamiento del mes.

Tengo setenta y tres estudiantes. Veinte en el A, trece en el B, dieciocho en el C y veintidós en el D. Todos son aceptables a excepción del B, que está teniendo un retraso de resistencia corporal.

Sonrío inevitablemente al leer que Julián está en ese grupo.

-Buena suerte. -Digo mientras hago cambios y planes para los siguientes cuatro meses.

Escucho el teléfono vibrar sin parar y finalmente dejo mis apuntes para ir a la cama por el y prenderlo.

Nuevo mensaje.

Valentina:
¿Por qué no me dijiste que volviste?

Valentina:
¡Enzo!

Valentina:
No creí que fueras rencoroso.

Valentina:
Te extraño.

Valentina:
Ahí va mi orgullo.

Valentina:
Y ni siquiera te tomas la molestia de ver los mensajes

Valentina:
¡Enzo, mierda!

Enzo:
Hey, Valentina. Lo siento estaba trabajando, ¿Qué necesitas?

Valentina:
¿Ya no estás molesto?

Enzo:
¿Sobre qué me engañaras de algo tan importante para mí? ¡Já! ¿Cómo se te ocurre?

Enzo:
No me hables, lo que menos necesito ahora es más mierda en mi vida diaria.

Valentina:
Enzo, ya pasaron tres años creo que incluso cuatro, ¿Conoces la superación?

Enzo:
Oh, por supuesto que la conozco, pero, ¿Lo haces tú? ¿La conoces? Porqué como dices tú, ya han pasado cuatro años y me sigues mandando mensajes.

Valentina:
Creí que habíamos quedado en buenos términos.

Enzo:
Valentina, aprende algo de mí, "buenos términos" es simplemente olvidar a la otra persona. Fingir que no existe ni existió. Sólo lastima.

Valentina:
Sólo quiero volver a verte, ¿Aún vives en nuestro departamento?

Enzo:
No, y no intentes buscarme. Recoge lo que queda de tu orgullo y déjame en paz antes de que termines dándome lastima.
Visto 06:48 p.m

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Lanzo el celular a la cama con desinterés y un poco de enojo para luego volver al escritorio y continuar la actividad. La cual termino pocos minutos después y sonrío mientras me dirijo al baño a darme una larga ducha.

[...]

-Fuera de mi clase. -Digo furioso al ver a Julián con la misma ropa del primer día.

-N-no puede echarme solo por mi ropa.-Se queja con el ceño fruncido y brazos cruzados.

-Es mi clase y con todo derecho el miércoles terminé de escribir el nuevo reglamento. -Sonrío con un poco de descaro.- Hombres: Shorts largos y holgados azules o negros con camisa blanca. Mujeres: Shorts rojos y camisa blanca.

Todos abren la boca sorprendidos y disfruto al ver a Julián intimidado.

-Si para la próxima clase no trae la ropa pedida, será echado. Sólo una advertencia. -Digo levantando el dedo índice-. Esta es la primera para usted, Álvarez.

Le doy la espalda al grupo y sonrío en grande.

-Seguiremos con la resistencia. Ustedes están fallando mucho en eso. -Informo volviendo a mirarlos, al mismo tiempo que borro mi sonrisa. -Diez vueltas a la cancha y luego practicaremos.

Todos se ponen a trotar sin queja alguna y a la mitad de las vueltas veo al director entrar algo serio al gimnasio.

-¿Puedo ayudarlo en algo? -Le digo sin mirarlo, solo viendo cómo corren los demás.

-Una estudiante suya me dijo que pidió uniformes, ¿Es verdad?

-¿Qué? -Volteo hacia él y veo a la pelinegra que me mira con una sonrisa, ¿Cuándo mierda salió de la clase?-

-Señor Fernández.

-Sí, director. -Contesto.-Necesito uniformes, pero es ropa que pueden conseguir rápidamente en casa.

-¿Y para qué los necesita exactamente? - Pregunta con los brazos cruzados.-

-Cuando chicas y chicos sean separados, jugarán entre ellos, es una forma de diferenciarlos más rápido. Además, en esta escuela no hay uniforme, ¿Le gustaría que los chicos fueran a jugar con la ropa que les dé la gana? -Niega con la cabeza-. Todas las escuelas tienen uniforme para sus equipos.

El director lo piensa un poco con el ceño fruncido y luego asiente con la cabeza.

-Me parece bien. -Sonríe-. Pero será mejor si mandamos a hacer unos uniformes con el dinero de la escuela.

Sonrío victorioso, siempre gano y doble.

-Necesitamos veintiséis. Por el momento solo usarán la ropa de color que ya pedí, si no le molesta.

Él niega y ríe un poco.

-Bien pensado, señor Fernández.

Me da una palmadita en la espalda y se retira dejando a Emilia con una cara sorprendida y molesta a mi lado.

-No tiene derecho a juzgar mis reglas antes de conocer el por qué.-Le hablo-. Una falta de respeto más y estás fuera. -Advierto y me alejo.-

∆Todo lo que ocurre en esta historia es ficcion∆.