Capitulo X.

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Nuevo mensaje.

Leandro:
¿Puedes venir a mi casa, como habíamos acordado?

Enzo:
¿?

Leandro:
Sólo ven a mi casa, por favor

Enzo:
¿Estás bien?

Leandro:
Yo sí pero...
Simplemente ven, es urgente.

Meto el celular en mi bolsillo y salgo corriendo de mi casa, prendo el auto y conduzco con un poco de tranquilidad hasta la casa de Leandro. Si él está bien no hay mucho de que alarmarme.

Después de varios minutos, veo su casa, con un auto rojo y limpio estacionado enfrente de esta. Confundido, me estaciono detrás de este para luego salir hacia la casa de Leandro.

-¡Lean! ¿Dónde estás?. -gritó mientras entro a la casa.

-¡Enzo!.-grita una dulce voz.

Volteo a la sala justo a tiempo para abrir los brazos y no caer al piso cuando Valentina se lanza sobre mí, con sus piernas rodeando mi cadera y sus brazos en mi cuello.

-¿Valentina?. -pregunto asegurándome de que es ella mientras me safo de su agarre, dejándola en el piso frente a mí.

Es más baja de lo que recuerdo, sus ojos son más claros. Su cara está algo hinchada por lo que creo que ha estado llorando, se muerde el labio mientras observa mi cara y me abraza sobre los hombros con fuerza.

-¡Leandro!. -grito furioso y lo veo asomar su cabeza por la orilla de la pared.

—Hola, Enzito

Aprovecho que Valentina no me ve para mostrarle el dedo de en medio y decir groserías con mímica.

-Enzo, no pudiste irte así, ¿crees que fue fácil para mí?

Me harto de su abrazo, así que agarro sus muñecas y la separo de mi lo suficiente para que no me toque.

-¿Crees que fue fácil para mí saber que viví engañado?

-No es algo que yo haya querido.

-Yo tampoco. -respondo frío.

Leandro me mira con desaprobación desde la sala y yo solo camino hacia la sala con él para darle un leve empujón.

-Creí que te había pasado algo a ti o a Camila, idiota. -espeto molesto.

-Owww, te preocupaste por mí.

Lo vuelvo a empujar al escuchar una risita de su parte.

-¿Qué hace ella aquí?. -susurro lo suficientemente alto para que él me escuche pero no Valentina, quién se ha quedado en el pasillo.

-Ella vino y la esquiza me amenazó con romper mi remera de Boca si no le decía dónde vivías. -me responde-. Le dije que no lo sabía, pero que podía llamarte para que vinieras.

Suspiro y me tallo la cara con irritación.

-Gracias. -murmuro sabiendo que Valentina realmente hubiera roto la remera y que Leandro sólo me salvó del acoso.

-¿Qué te hizo? ¿Por qué te fuiste sin avisarle a nadie? A nadie. -me dice golpeando mi pecho.

-No es necesario que los demás se enteren. Sólo debes saber que me lastimó, y que no quiero la vida que ella quiere conmigo.

GYM [Enzulian]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora