El domador de leones

Capítulo 31

Harry fue llevado de vuelta a Hogwarts junto con los demás, donde la señora Pomfrey y varios especialistas médicos de St. Mungo los esperaban. Daphne fue colocada en una cama y se erigieron pantallas de privacidad a su alrededor. Hermione también fue colocada en un área privada, mientras que Harry, Neville y Tracey fueron examinados.

A Harry le hicieron beber varias pociones y le ordenaron que se recostara y descansara. No pudo hacerlo. Siguió mirando hacia donde sabía que Daphne estaba mintiendo, con la esperanza de que estuviera bien y odiándose a sí mismo por lo que había sucedido.

Casi la había perdido esta noche. Ella había venido a ayudarlo y se había lastimado gravemente, al igual que Hermione. De hecho, todos habían sido heridos de alguna manera. y Ron, Ron en realidad había muerto. El pelirrojo que había sido el mejor amigo de Harry durante tanto tiempo, se había sacrificado para salvarlo.

Madam Pomfrey lo mimó un poco y le hizo tomar algunas pociones antes de apresurarse a ayudar a los voluntarios de San Mungo. Miró las pantallas que escondían a su novia, preguntándose si estaría bien o si lo odiaría por lo que le había sucedido.

Pasó una hora de esa manera. Harry simplemente miraba hacia donde yacía Daphne, haciendo todo lo posible por no pensar en todo lo que les había sucedido a él ya sus amigos esa noche. De vez en cuando, Harry miraba las otras camas donde yacía Neville o Tracey. La chica rubia de Slytherin se había quedado dormida poco después de que regresaran, mientras que Harry podía ver a Neville mirando al techo, susurrando para sí mismo.

Las puertas del ala del Hospital se abrieron y cuatro Aurores entraron, dirigiéndose directamente a la cama de Umbridge. Harry reconoció a uno de ellos como Kingsley Shacklebolt. Una mujer alta e imponente los siguió unos momentos después y se unió a ellos.

Harry se sintió aliviado al ver que Madam Bones estaba ilesa después de los eventos de la noche. Umbridge se movió y se sentó. Harry supuso que Madam Pomfrey había curado su pierna hace un tiempo. Sus ojos llenos de bolsas se abultaron cuando los Aurores la apuntaron con sus varitas.

"¿Cuál es el significado de este?" Preguntó, con esa voz asquerosamente dulce que usaba. Harry sintió que se le revolvía el estómago ante el sonido.

"Subsecretaria, Dolores Jane Umbridge. Está bajo arresto por el uso de la Maldición Cruciatus. Será llevada a Azkaban para esperar el juicio". Madam Bones habló claramente, mientras miraba a la mujercita gorda.

"¿Es esto algún tipo de broma?" Umbridge se rió entre dientes, pero Madam Bones y los Aurores ni siquiera sonrieron.

"¡USTED!" Umbridge volvió sus ojos llenos de odio hacia Harry. "Has estado contando más de tus mentiras. No te vas a deshacer de mí, muchacho. ¡No me enfrentaré a los Dementores!" Se movió rápidamente, saltando de la cama, y ​​corrió hacia Harry, sus pequeños y gordos dedos se extendieron para agarrar su garganta.

Solo dio un paso o dos antes de que Kingsley la hiciera tropezar. Umbridge cayó al suelo, gritando de rabia.

"Voy a atraparte Potter. ¡Haré que todos vean que eres un asqueroso bastardo asesino mentiroso! ¡Soy más fuerte que tú, muchacho, y tendré mi venganza!"

Umbridge de repente se puso rojo brillante por una fracción de segundo cuando un hechizo aturdidor la golpeó en la parte posterior de la cabeza. El ala del hospital quedó en silencio, y Harry vio que casi todos miraban la forma inerte de la Suma Inquisidora, mientras los Aurores la recogían del suelo.

"Llévensela, señores". Madam Bones suspiró. Se volvió hacia Harry y en unos pocos pasos estaba junto a su cama. "Señor Potter, Dumbledore me pidió que no hablara con usted, pero siento que debo informarle de algunas cosas que probablemente sucederán en los próximos días. Usted y sus amigos serán interrogados sobre los eventos de esta noche, así como eventos que tuvieron lugar durante este año, en lo que respecta a su antiguo maestro de Defensa Contra las Artes Oscuras".