Un Güero Enamorado

Recuerdos parte. 2

La chica japonesa dejó la tetera en la mesa pues comenzó a recordar la vez en la que ella y Wally se encontraron en una cena amistosa donde sus familias se reunieron como muestra de bienvenida a su nuevo hogar en la ciudad.

—¿Cómo olvidar la primera cena que tuve al lado de número 4? Es una experiencia que jamás voy a poder olvidar.

8 años atrás...

Ya había pasado un año desde que Kuki y Wally habían comenzado a ser amigos, sin duda alguna ellos ya eran amigos, Wally siempre que veía llegar a Kuki la saludaba,esto era algo que se fue perdiendo en Wally al crecer, sin duda alguna los dos siguieron estando juntos ese mismo año. Pero algo que a Kuki le gusto fue la vez que los dos cenarían juntos ya que era una cena de parte de sus padres, aunque aún eran muy chicos, los dos ya tenían una buena amistad.

—Bien, es ahí, según mi compañero, nos invitó a cenar a su casa, algo que no me gusta hacer mucho, pero ya estamos aquí —dijo la señora Sanban.

—Ash, a mi casi no me gusta cenar con desconocidos —dijo el señor Sanban.

—Solo intenta comportarte, y no quiero saber que haces una escena.

—Yo no hago escenas —dijo molesto el señor Sanban.

Kuki solo miraba como los dos adultos conversaban, mientras que alguien se acercaba a la puerta: al abrirse la puerta fueron recibidos por la madre de Wally, la cual los recibió con mucha hospitalidad.

—Hola, que bueno que llegaron, ya los estábamos esperando —dijo la señora Beatles—. Bueno, pasen, están en su casa.

Los Sanban pasaron a la sala donde había un juego de té con café dentro de la tetera, sin embargo, alguien estaba ahí.

—¡Güero! —exclamó Kuki contenta de ver a su amigo de la guardería.

—«Ay no, ella está aquí». —Pensó—, ho-hola Kuki, ¿qué haces a-aquí?

—Vengo con mis papás tontito—respondió Kuki.

—¿Qué?

—Así es, mi mamá es compañera de trabajo de tú papá —volvió a responder.

—Oh cielos, bueno, siéntete cómo en casa — dijo Wally con una sonrisa nerviosa.

—Eres adorable.

—¡¿Qué?! Soy guapo y no adorable.

—Jejeje, si lo eres, pero no te voy a molestar.

—Gracias. Ahora, ¿quieres ir a mi habitación? —preguntó Wally.

—Si, con mucho gusto —dijo Kuki con una sonrisa.

Wally guió a Kuki por su casa, donde le dio un tour por cada parte de la su casa. Al llegar a su habitación, al entrar a esta vio que había algunos juguetes que le pertenecían a Wallabee, era impresionante ver como su amigo tenía todo desordenado y lleno de juguetes. Pero alguien los llamó —¡Wally, Kuki, vengan a cenar! —. Exclamó la madre de Wally que los llamaban a cenar; entonces los dos bajaron a la parte inferior de la casa donde todos los adultos los estaban esperando. La cena que preparó la señora Beatles fue toda una maravilla, pero para Wally y Kuki había un poco de macarrones con queso y jugo de naranja, algo diferente para ellos dos que un era unos niños de 3 años los dos comieron como si de animales se tratara, pues dejaron la mesa algo sucia.

—Jajaja, veo que les gustó mucho la cena que les preparé, entonces, traeré el postre.

La señora Beatles fue a la cocina y trajo para todos una rebanada de pay con una bola de helado.