Capítulo 47

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En la pequeña mesa que había justo en frente del sofá, San había preparado un delicioso y bonito desayuno. Se esforzó en cocinar sin quemar nada, sirvió un jugo de naranja recién exprimido y frutas picadas con formas tiernas llenaban un plato. Todo eso más un chocolate justo al lado, el favorito de Wooyoung y el que siempre pedía cada vez que se le antojaba algo dulce.

El alfa se sentó mirando la televisión, cambiaba canales mientras esperaba a que Wooyoung bajara. Se estaba tardando y cuando escuchó la ducha supo el por qué, así que solo esperaría allí.

Pasó media hora, la puerta de su cuarto hizo ruido, estaba siendo cerrada por el omega y en segundos se escuchó como bajaba rápido por las escaleras. Se dió la vuelta y lo primero que vió fue una enorme sonrisa. Wooyoung radiaba mucha felicidad ese día y a San eso le encantaba.

Vestía con la ropa del alfa, tenía puesta una de sus playeras más grandes que cubrían hasta la mitad de sus muslos, abajo seguramente tenía su ropa interior y unas medias cubrían los pies del omega. Además tenía su cabello húmedo debido a la reciente ducha y olía al jabón de San.

_Buenos días bonito_ Sonrió San. Al despertar no se lo dijo y veía una buena oportunidad para hacerlo.

_Buenos días bobo_ Dijo burlesco, la forma que él demostraba su amor era esa y San ya la conocía a la perfección.

Rodeó el cuello de San desde atrás con sus brazos y dejó un beso en su frente mientras acariciaba las mejillas del alfa, caminó al rededor del sofá y se sentó al lado de su novio pudiendo mirar el hermoso desayuno que él había preparado. Lo miró con una sonrisa y ahora besó su mejilla en agradecimiento para luego comenzar a comer los waffles que habían en uno de los platos.

_Oh dios mío esto es delicioso_ Jadeó al probar el primer bocado y habló con las mejillas llenas.

_Me alegra que te guste_ Dijo San pasando su brazo por detrás de Wooyoung abrazándolo de esta forma sin estorbar su desayuno.

El omega miró a San de reojo, observaba como este comía de lo suyo mientras miraba la televisión. Le parecía muy atractivo su perfil y ver su mandíbula moverse al masticar era una perdición para el omega. Sonrió cuando vió un poco de comida en la comisura de sus labios llamando la atención del alfa.

_Es un caso de misterio, ¿Qué te dió risa?_ Preguntó curioso San al darse cuenta de la sonrisa en Wooyoung. A San no le pareció gracioso lo que pasaban en la televisión.

_Oh... ¿En serio eso vemos?_ Volteó a ver la televisión y efectivamente, San había puesto un caso que había encontrado interesante de ver en Youtube.

Wooyoung ni siquiera estaba prestando atención y ahora se enteraba de lo que veían.

_¿Te aburre? Déjame cambiarlo_ Tomó el control remoto y buscando entre los tantos videos decidió poner al fin uno.

_Mejor come de estas conmigo_ Dijo Wooyoung alcanzado el plato de frutas y sentando en el regazo de San, quitó el control de sus manos y dejó una fresa en su boca para que él también comiera.

El alfa sólo obedeció, miró a su omega comiendo sonriente haciendo que su corazón, como siempre hacía, saltara de felicidad con solo ver esos labios formar una delicada y perfecta curva. Su mirada se detuvo en sus labios, eran gruesos, rosados y a la vista parecían los más suaves. No podía ignorar el lunar que había en la parte inferior, ese lunar que había visto en otras personas pero que en Wooyoung le parecía tan atractivo que odiaba cada vez que lipsticks lo ocultaban.

Cada vez que Wooyoung abría sus labios o posaba una fresa sobre estos San deseaba besarlo, pero no quería interrumpir su momento con esas fresas. Esperaría a que terminara, pensó, pero eso se esfumó cuando la lengua del más joven mojó sus labios dejando un brillo gracias a la saliva.

San era de los que pedían permiso antes de besar, o al menos Wooyoung se daba cuenta que este quería un beso. Ahora el omega estaba tan concentrado en comer las deliciosas frutas que ni siquiera pudo percatarse de como el alfa solo con su mirada estaba comiéndolo a él.
No aguantó mucho, vió la garganta de Wooyoung y como este tragaba, fue el momento para San.

Una de sus manos fue directo a la mandíbula de Wooyoung, esto lo tomó por sorpresa y cuando quiso ver a San este ya lo había jalado hacía él para comenzar un beso.
Ni siquiera se molestó en ser dulce y tierno, estaba siendo lo más salvaje posible y es que la vista que tuvo segundos atrás lo dejaron hambriento de un beso como ese.

Wooyoung siguió con el beso, el corresponder y seguirle el ritmo no le fue difícil, su lengua bailaba junto a la de San y al mismo tiempo le dejaba probar del dulce sabor a frutas. Sonrió entre el beso, era de los que más les gustaba y el sentir las manos del alfa sobre su mandíbula y nuca le provocaba un cosquilleo en el cuerpo, uno que comenzaba en su cuello y terminaba en la punta de sus dedos del pie. Se aferraba a la playera de San, sus manos se hacían un puño entre la tela e impedía que acabara con ese momento ya que cada vez que sentía la falta de oxígeno hacía más profundo el beso, ninguno lo terminaría tan rápido.

La televisión detrás de Wooyoung aún pasaba los videos en Youtube, uno tras otro comenzaba y terminaba mientras la pareja continuaba con sus besos, ahora ninguno de los dos prestaba atención a lo que ocurría a través de esa pantalla, su atención solo se centraba en ellos, en sus mordidas y besos, que como consecuencia provocaban en ambos unos labios rojos e hinchados.
El rostro de Wooyoung estaba sonrojado por la falta de aire que a veces tenía por culpa de San, que al ser quien más aguantaba, obligaba al omega a seguir sin interrumpir el beso.

_Espera... S-san me vas a matar_ Dijo exagerando y separado en sílabas cada palabra por sus jadeos, tratando de regular su respiración mientras hablaba.

Un pequeño y fino hilo de saliva los unía, la sonrisa de San era enorme y miraba aún con deseo los labios de su novio. Se acercó un poco y pasando su lengua sobre los labios de Wooyoung probó una vez más el sabor a fresas. Mientras tanto Wooyoung tragaba duro, su pecho subía y bajaba rápidamente en busca de aire para sus pulmones.

_Prohibirme besar estos labios sería el peor castigo para mi_ Comentó mirando por fin los ojos de Wooyoung.

_No te estoy prohibiendo, solo déjame respirar_ Se quejó golpeando débil el pecho de San haciendo que este riera bajo.

_Bien, recupera tu respiración bonito_ Dijo dejando el último beso en Wooyoung y posando sus manos en la cintura de este lo levantó para dejarlo a un lado y así poder levantarse del sofá.

_¿A dónde vas?_ Preguntó mirándolo, fue extraño para Wooyoung que se fuera de esa forma ya que esperaba a que San continuara con el siguiente paso, el que comenzaba luego de unos besos tan intensos como los que se estaban dando.

_Iré al baño, en seguida vuelvo_ Dijo subiendo las escaleras.

_¡Espera! No me dejes solo_ Murmuró lo último.

Algo que no quería es quedarse allí y que alguna de sus madres o peor aún, Minho, llegara y lo encontrara en el sofá de su casa vestido de esa manera, no pensó que fuera mala idea así que decidió seguir a San.
Mientras subía las escaleras recordó lo de la noche anterior, San liberaba las mismas feromonas y se dirigía misteriosamente al baño.

En silencio entró al cuarto, no escuchó la ducha así que no se estaba bañando, esperó unos segundos atrás de la puerta pensando en que tal vez solo quería hacer sus necesidades, pero esa idea desapareció cuando dentro del baño se escuchó un gemido grave de parte de San. Wooyoung no estaba loco, conocía su voz gruesa y también conocía muy bien cómo gemía San, no tenía dudas de que era eso. Escuchó atento solo para asegurar y en su estómago mil mariposas aparecieron cuando escuchó otro gemido.

_Oh dios..._ Escuchó cuando apoyó su oreja contra la puerta.

Tapó su boca ahogando un jadeo sonoro que se le había escapado, el imaginar a San en esa situación dándose placer a si mismo se le hacía demasiado excitante, jamás lo había visto hacerlo y ahora le daba curiosidad, demasiada curiosidad.
Además su voz se escuchaba de una manera que en Wooyoung provocaba escalofríos, cosquilleos, ya no eran mariposas que con sus alas provocaban cosquillas sino elefantes en su estómago que parecían pisarlo, no sabía describirlo pero era demasiado para él y se sorprendió de que solo escucharlo así, podía provocar tantas sensaciones en él. 

No Me Olvides Esta Vez «WooSan» Donde viven las historias. Descúbrelo ahora