Cuando te encontré

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Lo primero que dijo mi esposa al verme, fue lo que hizo que le propusiera matrimonio y hasta el día de hoy sigue sin creerme que fue por amor.

-Eres valiente humano, tienes alguna última cosa que decir?- el inmenso dragón iridiscente y peludo me acorraló

-Wow! Si tengo...yo...te casarías conmigo?!- de verdad estaba tan embelesado que no podía dejar de ver a una hermosa criatura como ella

-Entonces muer....QUÉ?!- le costó reaccionar y al hacerlo se sorprendió

Su intención de lanzarme al río ácido se detuvo y me sostuvo con la cola extrañada sin entender lo que había ocurrido

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Su intención de lanzarme al río ácido se detuvo y me sostuvo con la cola extrañada sin entender lo que había ocurrido. Me di cuenta que debí comenzar a cortejarla y adularla como el burro de Shrek pero esta dragona estaba a otro nivel; era muy desconfiada y tímida.

Al soltarme, no quise perder la oportunidad y me presenté para pedírselo formalmente. Arrodillado sobre una pierna, repetí la pregunta y sin recibir respuesta ella se ocultó de la vergüenza en su cueva.

-Por favor, no quise ofenderte. Solo quería...Demonios!- fallé estrepitosamente en mi declaración

-Lárgate!- sabía que estaba enojada y no quise intimidarla más así que me senté a esperar a que decidiera salir

Se podría considerar un encuentro fortuito que yo la hubiese visto primero pero en realidad esto comenzó como un trabajo para alguien que se hacía llamar cazador estatal pero que tenía pinta de ser un manipulador que gustaba alardear con la chicas.

Me pagaron para buscar la ubicación de una criatura que conservaba el primitivo poder de la esencia para que otros fueran por su cabeza y se alzaran con la gloria de haberla capturado mientras yo como rastreador, recibiría nada más que la mísera cantidad que me prometieron por contrato.

Obviamente acepté pese a las advertencias sobre que en está travesía ningún rastreador había regresado vivo. En realidad, todos esos sujetos fueron enviados como señuelo para verificar el patrón de ataque de la mítica bestia para acabar ahogados en el río ácido cuando mi mujer se daba cuenta de sus intenciones.

Era tan miedosa que generaba terror con su aspecto para espantarlos y que la dejaran sola pero si osaban dañarla, simplemente los agarraba o empujaba con la cola hasta el río. Que tuviera un toque de brutalidad la hacía linda, aunque el motivo principal de haber accedido a venir a cambio de tan insulso pago, fue porque debía evitar que ese sinvergüenza de cazador la atrapara.

Antes de ser un rastreador pordiosero en éstas tierras lejanas en quien sabe que dimensión, era un chavo que quedó indigente al morir mi abuela. Vivía en Iztapalapa en CDMX, cerca del Cerro de la Estrella y mi madre me había echado a la calle por pelearme con su nuevo marido, por lo que acabé en casa de mis tíos pero mi estadía sería provisoria.

 Vivía en Iztapalapa en CDMX, cerca del Cerro de la Estrella y mi madre me había echado a la calle por pelearme con su nuevo marido, por lo que acabé en casa de mis tíos pero mi estadía sería provisoria

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La Razón por la que me casé contigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora