"Lo hice para salvarte y lo haría de nuevo sin arrepentirme."
Si le decía eso, mi esposa no me creería por eso cerré la boca y le dije que fue amor a primera vista aunque eso...tampoco era mentira.
Con tal de evitar que cayera en manos del supuesto...
Hace un año, el edificio abandonado de diez plantas del bulevar fue comprado y refaccionado, para ser inaugurado con lujo.
El mega complejo comercial Valparaíso, estaba aplacando los negocios vecinos, cuyas tiendas estaban siendo absorbidas a la par que la facción se llenaba de turistas.
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Ibrahim Zaster, era el dueño del conglomerado DZaster y para colmo, era el representante del sindicato gastronómico y presidente de la Cámara de Alimentos. Por lo que tratar de ir contra el, acarrearía problemas.
Cada restaurante, comedor, supermercado, frutería o lo que perteneciera al rubro de Zaster, fue comprado para desplegar su monopolio sobre Syrup City. Quizás usando amenazas o sobornos, fue que todos optaron venderse a cambio de que no les quitaran el trabajo.
Así fue como nos llegó una citación para charlar con el mismísimo Ibrahim sobre nuestro restaurante. No queríamos venderle y tampoco buscábamos estar bajo el mando de nadie pero a este paso, nos quedaríamos sin ingresos suficientes aunque tuviéramos el alquiler de departamentos por eso aceptamos venir.
La oficina de Zaster, era un edificio de 26 pisos vidriado con fuentes de agua y jardines interiores que parecía un maldito jardín botánico.
-Señores Regis, el presidente los atenderá ahora- abriendo la puerta, nos dejaron entrar
No pudimos evitar notar la extrañeza con la que decoraron el inmenso salón. Una mesa de billar, futbolito, un aro de baloncesto y una pista de bowling que alucinaban hicieron que Sky preguntara que era todo eso. Cuando iba a contestarle, quien se suponía debía atendernos, estaba jugando al golfito.
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Un hombre moreno de mediana edad de cabello negro y ojos cafés se presentó para saludarnos.
-Siéntense por favor! Me alegra que hayan aceptado venir. Oh, perdonen mi rudeza pero jugar me relaja cuando trato los negocios- señalando el sillón de cuero, nos sentamos
-Bueno, solo vinimos porque...- estaba molesto
-Lo sé, llevo un año tras tu establecimiento pero se han negado a vender. Parece que solo los movió el ver el final del camino- me interrumpió para ofrecernos una bebida de su empresa
