Huevo Cósmico ♡

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Muchos años atrás...

Quedé a merced de la nada dentro de la fisura debido a un plan malogrado de Mibem y el bastardo de Photon. Al principio rogaba a cualquier deidad, si es que existían, que les cobraran esta injusticia aunque después dejó de importarme. Tenía algo más valiosos y que no pensaba entregar a nadie; mi amada Silvian.

Durante semanas me adentré al bosque luminoso para encontrar alimento pues mis provisiones, estaban agotándose. No conocía el efecto secundario de consumir tanto los animales rastreros o las plantas por lo que me abstuve de siquiera tocarlos. Solo en el momento en que me di por vencido fue que tuve un fuerte impulso por dirigirme al río a sentarme y lo que encontré, por lejos superaba cualquier cosa conocida.

 Solo en el momento en que me di por vencido fue que tuve un fuerte impulso por dirigirme al río a sentarme y lo que encontré, por lejos superaba cualquier cosa conocida

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La criatura más bella del universo me miraba y a la par hacia los mismos gestos imitándome por curiosidad. El sentimiento de que era mía y de nadie más subió de nivel cuando la vi a la cara y tuve una epifanía.

Cuando vivía en el prostíbulo trabajando para comer, había oído historias sobre esta situación de las mujeres que parloteaban de sus amantes.

Le llamaban amor o algo así pero como nunca tuve el privilegio de recibirlo de nadie, lo desconocía. Mi madre me trataba de basura, mi padre me veía como peón de carga en cambio para mi medio hermano, era una alimaña que debía ser exterminada.

Quien diría que encontraría lo que necesitaba dentro del sitio más desconocido e inexplorado; una fisura.

Los siguientes días traté de llevarme bien con la chica de la que me enamoré y a la que llamé Silvian, pues fue lo que entendí cuando hablaba en un idioma extraño que usaba chasquidos de lengua. Quise aprenderlo y ella igual trataba de hablar mi lenguaje para comunicarnos por lo que nos entendimos rápido.

Si bien durante el día me enseñaba sobre este lugar para sobrevivir, el problema surgía en las noches dentro del refugio subterráneo. Rodeado de objetos de épocas de antaño y con Silvian a mi lado, mi cuerpo se sentía más caliente que de costumbre y no podía soportarlo.

Fue una noche cuando iba a levantarme para refrescarme, que algo suave frotó mi pecho bajo mi camisa. Un estímulo que normalmente pasaría desapercibido por creerlo un bicho caminando, se transformó en una intensa caricia.

Con solo ver esos hermosos ojos azules brillando en la oscuridad, supe que no podría calmarme. Si quería aliviarme, tenía que hacer lo mismo y sin perderla de vista, el manoseo formó parte del juego pero fue bochornoso. Queriendo mantener mi cabeza fría, fallé al solo pensar en cosas obscenas y el dolor de la entrepierna se intensificó.

 Queriendo mantener mi cabeza fría, fallé al solo pensar en cosas obscenas y el dolor de la entrepierna se intensificó

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La Razón por la que me casé contigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora