7. Niña

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Ella extrañaba partes de si misma que ni siquiera conocía bien y sin aceptar que estaba creciendo deseaba con toda su alma cambiar los pétalos de sus flores por muñecas que le recordaran como tocar la alegría.
Ella era una niña a la que la realidad se lo había arrebatado todo.

Ella pintaba su piel de negro y gris ignorando que existía otra alternativa, que existían en su alma colores que de verdad la podían hacer feliz. Artista de su propia vida se obsesionó con la idea de que todo debía ser monocromático. Tal vez si hubiese aprendido a mezclar la calidez con la frialdad habría entendido que el equilibrio perfecto se escondía en sus peores lágrimas.
Ella era un arcoíris maravilloso de soledad.

Ella sentía mucho y actuaba demasiado poco porque no era capaz de compartir su verdadero yo, ese que llevaba escondiendo tanto tiempo que ya empezaba a olvidar como era.
Ella era la mejor actriz y su rutina el mejor escenario para vestirse de apariencias.

Un ángel en cautiverioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora