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Dong Min alimentaba uno de sus dos cachorros mientras Bin le ponía la ropa abrigadora de manera correcta al otro cachorro, trataba de no ver los pechos de su esposo pero le era inevitable, estos habían crecido bastante gracias a la leche.

— Eun Bin es un glotón... - murmuró con su ceño levemente fruncido.

El omega al escuchar eso no dudó en lanzarle un cojín al alfa. — No digas cosas de nuestro cachorro - soltó un leve gruñido.

Para Bin ya no era algo nuevo ver como su omega gruñía para casi todo. — Perdón, Minnie, solo tengo envidia, ¿Si?

— Envidioso, no le puedes tener envidia a un cachorrito tan lindo - hablo mientras alejaba su pezón de la boca de su cachorro ya dormido.

Bin ignoró a su esposo, su vista estaba en los pechos descubiertos de su omega, la camisa blanca estaba abierta dejando ver esos pechos tan lindos.

Dong Min acostó a su cachorro en la cama, después tomó a su otro cachorro y Bin agradeció eso ya que puedo ver más de cerca esos pechos, tragó saliva mientras trataba de calmarse y alejar los malos pensamientos. Por su parte el omega meció entre sus brazos al cachorro antes de acostarlo a lado de su hermano, una vez hecho eso se acostó dentro de su nido sin importarle si sus pechos estaban a simple vista, pero noto la mirada penetrante del alfa en su cuerpo.

— ¿Qué me ves? - gruño.

— Nada, nada.... Nada - estaba muy avergonzado.

Dong Min soltó una pequeña risa. — Oh, tu quieres chupar esto, ¿verdad? - empezó a jugar con sus pechos.

— No, claro que no - rio de manera nerviosa. — A quién engaño. Sí, cariño, quiero chupar, necesito chupar, déjame chupar por favor.

Dong Min se sentó y jalo de la muñeca al pelinegro, provocando que este estuviera muy cerca de su cuerpo. — Acomódate para que te pueda alimentar, solo te advierto que si los cachorros se quedan sin leche te voy a sacar de mi nido.

Bin asintió feliz, se acomodó muy bien en el cuerpo del castaño, pareciendo un bebé. Con algo de nervios comenzó metió el pezón color café a su boca y empezó a succionar, soltó un sonido de satisfacción al sentir la leche en su paladar.

Dong Min por su parte acariciaba el negro cabello del emperador.

El omega estaba muy feliz, su esposo le había traído una carriola doble para sus cachorros

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El omega estaba muy feliz, su esposo le había traído una carriola doble para sus cachorros. Ahora podía dar paseos por el jardín, ya no estaría encerrado en la habitación con sus cachorros.

Colocó a sus cachorros en la carriola y los abrigo muy bien antes de salir de la habitación, los guardias reales y sirvientes empezaron a felicitarlo mientras otros se acercaban a conocer a sus cachorros.

En esta semana había aprendido a controlar sus gruñidos y mal humor que le había dejado su embarazo.

Se dirigió a la oficina de Bin y con timidez tocó la puerta. — Binnie...

El Omega Del Emperador Moon - BinwooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora