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Habían pasado ya casi diez meses del nacimiento de los cachorros, Dong Min y Bin estaban mejor que nunca. Pasando agradables ratos en el jardín, comiendo postres deliciosos en la habitación, dando paseos por el pueblo y más cosas que disfrutaban hacer juntos.

— Woo Bin... Cachorro, ven aquí — hablo Dong Min mientras extendía sus brazos para que su cachorro gatear hacia él.

El cachorro rio antes de empezar a gatear hacia Dong Min. —  Guau Guau -vocalizo señalando a Woo, quien jugaba con una pelota.

Bin sonrió en grande mientras abrazaba a Eun Bin y le daba pequeñas cucharadas de avena.

— Ya quiero verlos correr en el jardín - dijo Dong Min sujetando a su cachorro.

—  Cariño, apenas tienen diez meses... Falta un poco para que empiecen a correr y cuando eso suceda vas a desear que vuelvan a gatear - soltó una risita.

Dong Min hizo un puchero. —  Aún así los voy a querer mucho, siempre serán mis pequeños cachorros - dio unos leves apretones a las mejillas del bebé.

— Sinceramente ya quiero que crezcan, van a ser muy lindos. Después de todo, tu eres su padre - opinó dándole la última cucharada de avena a su cachorro.

— Soy muy bonito y mis cachorros también son muy bonitos - comento con una sonrisa.

—  ¿Yo también soy bonito, cariño? - pregunto mientras se acercaba a su esposo.

Dong Min acarició el cabello del pelinegro con delicadeza. —  Sí, tu también eres muy bonito.

— Oh, por cierto. Te tengo una sorpresa, bueno, les tengo una sorpresa a los tres - habló quitándole el babero a Eun Bin.

— ¿Roles de canela? - pregunto con una gran sonrisa dibujada en su rostro. —  No, espera, ellos no pueden comer roles de canela.

— No son roles de canela pero estoy seguro te va a gustar.

Dong Min sentó bien a su cachorro antes de levantarse del césped. —  Enséñame la sorpresa, quiero ver la sorpresa.

El emperador levantó igualmente del césped junto con su cachorro y empezó a caminar a lado de su omega, la familia se dirigió al taller donde Bin solía pintar varios cuadros en sus ratos libres, antes de abrir la puerta le sonrió a su omega.

— Espero les guste - dijo antes de abrir la puerta, se hizo a un lado para que entrara el castaño.

Dong Min entró observo el lugar detenidamente hasta que vio aquel cuadro, sus ojos se llenaron de lágrimas al apreciar ese lindo cuadro, eran sus pequeños cachorros sonriendo mientras Woo estaba sentado en medio de ellos. El cuadro era mediano, no eran tan grande pero aún así era hermoso.

—  Mira, Woo Bin. Eres tú con Eun Bin y Woo- habló sosteniendo a su cachorro - Eun Bin, mira.

Bin se paró a lado del castaño. — Es para ti, ¿Dónde quieres que lo cuelguen?

— En la habitación, quiero verla todos los días. ¡Pintas hermoso, Binnie! - abrazo con delicadeza a su cachorro. — Su papi pinta muy bonito.

— Haces que me sonroje - dijo Bin tratando de ocultar su rostro en el cuerpo de su cachorro pero este le empezó a jalar el cabello a modo de juego. — No, no, jalar no, cachorro. Duele

El bebé soltó una carcajada mientras daba leves brincos en los brazos de su padre.

— Pa~ - balbuceo Woo Bin mientras jugaba con el collar que traía puesto el castaño.

— No, Woo Bin, acá tengo tu juguete - hablo Bin sacando del bolsillo de su traje una sonaja y se la dio a su cachorro, este la agarro de inmediato al escuchar ese peculiar sonido. —  No te pongas celoso Eun Bin, acá tengo el tuyo.

Dong Min observaba a sus cachorros jugar sobre la alfombra con diferentes juguetes, ambos estaban sentados y soltaban una que otra carcajada de vez en cuando y varios sonidos

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Dong Min observaba a sus cachorros jugar sobre la alfombra con diferentes juguetes, ambos estaban sentados y soltaban una que otra carcajada de vez en cuando y varios sonidos.

— ¿Dónde está Kayoung? - se cuestionó mientras comía un rol de canela. — No. Más bien, ¿Dónde está su padre?

Se levantó del sofá y camino hasta el gran ventanal que daba una linda vista hacia el jardín, volteo a ver a sus cachorros una última vez antes de ver por el gran ventanal, sonrió en grande al ver todas las lindas flores pero su sonrisa se borró al ver a su alfa con una mujer, no sabía si era omega, beta o alfa.

— ¿Esa quien es? - se preguntó con molestia, volvió a ver a sus cachorros para asegurarse que todo estuviera bien. Al ver como sus cachorros seguían jugando en paz volvió a ver a su alfa.

Su lobito se sintió mal al ver como esa mujer abrazaba a su alfa y el no hacia nada por alejarla, se alejo de inmediato del ventanal y fue hasta donde estaban sus cachorros, cargo a ambos cachorros y los metió en la cama, le puso seguro a la puerta antes de comenzar hacer un nido con ropa suya y de sus cachorros.

— ¿Debería poner ropa de él...? - se cuestionó pero luego negó. — Es un traicionero-soltó un gruñido antes de empezar a armar su nido, una vez listo se metió en el junto a sus cachorros.

— Yo no necesito a un alfa, solo los necesito a ustedes - murmuró entre lágrimas.

Escuchó la puerta ser golpeada varias veces, sin embargo, no se levantó y solo le dio a sus cachorros sus sonajas.

— ¡Vete! - exclamó mientras le gruñía a su alfa.

— ¡Minnie, solo es una concubina que me mandaron! - Bin se quiso golpear al decir eso.

Dong Min aventó hacia la puerta un florero que estaba cerca suyo. — ¡Vete con ella, tonto!

Bin supo en ese momento que debía esforzarse mucho para conseguir el perdón de su omega y más cuando había hecho una mala elección de palabras. Gracias al lazo que tenían podía sentir como Dong Min se sentía triste y eso solo lograba que se quisiera golpear.

— ¡Minnie! ¡Escúchame! 

— ¡Minnie! ¡Escúchame! 

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A Bin le va a tocar dormir en el sillón 😆

El Omega Del Emperador Moon - BinwooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora