𝐏𝐥𝐚𝐜𝐞𝐬▮𝐂𝐡𝐢𝐬𝐜𝐚𝐫𝐚

| 𝙐𝙣 𝙩𝙤𝙣𝙩𝙤 𝙥𝙚𝙣𝙨ó 𝙦𝙪𝙚 𝙚𝙣𝙘𝙤𝙣𝙩𝙧ó |

Lenguaje inapropiado, léelo bajo tu propio riesgo

      Cómo siempre, el era un tonto por creer que había encontrado el porque de su origen. La verdad que el creía era todo mentira, su familia, su vida, absolutamente todo. Estaba sumido en tristeza y enojo, sus amigos se habían alejado de el tan despiadadamente que no creía volver a dijirles la palabra.

      Todo lo que vive en un momento se tiene que ir ¿No? Lamentablemente, es así, pero para el pelimorado siempre había alguien que le adelantaba el proceso. Que asco es vivir cerca de gente hipócrita, pensaba el. Los únicos “amigos” que había hecho eran virtuales, pero lo ghosteaban a cada puto rato.

      “Mueranse Dottore y Signora, me ignoran hasta que se les de la puta gana y me tratan cómo si nada. ¿QUE CARAJO LES PASA? Saben que, jodanse” fue el último mensaje que les mando antes de bloquearlos de todos sitios. Le dolía, y mucho pero era lo mejor para el... ¿Verdad? Conocería gente que no fuera doble cara y por fin podría hacer su sueño realidad.

      Tener gente que no lo defraudara cómo su madre y la zorra de pelo rosa. No merecía ser llamada siquiera tutora, zorra le quedaba mucho mejor. Cómo anillo al dedo diría el. Tenía que ser grosero para protojersr a si mismo de los demás, ya lo habían lastimado tanto que no quería volver a confiar en los demás. Pero siempre caía.

Que tonto era

      Siempre que se “acercaba” al significado de haber nacido se alejaba más. Su madre era muy temperamental, podía ser la mejor persona del mundo o un completo demonio de algún libro. También era muy abusiva con el, tenía ansias de salir de ese lugar y poder darle una cucharada de su medicina a esas zorras.

      Los juegos eran su medio de escape del mundo, pero, siempre estaba solo. Cómo siempre ¿Que sentido tiene estar vivo pero sufrir cada que haces lo que más te gusta? Ninguno, esa era su respuesta. Las noches eran lo peor del día, el insomnio no lo dejaba dormir nunca. Y cuando lograba dormir un poco tenía que ir a la escuela. Ese estúpido lugar, con solo pensar en el se ponía de malas.

      En ese espantoso lugar era inexistente para todos los de su salón.
Su existencia no valía una puta mierda, quería llorar cuando dejaban trabajo en equipo porque siempre estaba solo. Nahida, su maestra, entendía a Scara y lo dejaba hacer trabajos solo. Estaba agradecido con ella por ser comprensiva con el, realmente lo apreciaba.

      Un día, salió de noche a un parque cercano. Se sentó y prendió un cigarrillo, era tan relajante estar ahí, sin ninguna pelea de por medio que arruinara su tranquilidad. Hasta que escucho unos pasos que se dirijan a su lado. Una voz calmada le dijo —¿Te importa si me siento a tu lado?— el más bajo negó con la cabeza mientras alejaba el cigarrillo de su boca.

      —¿Quieres uno? — ofreció el pelimorado a un chico pelirrojo. El contrario asintió y agarro uno, saco su encendedor y lo prendió. Ambos miraban al cielo como si fuera un mar de palabras en el que tenían que descifrar cada una de las cosas que venían en este. El pelirrojo rompió el silencio —¿Puedo preguntar que haces a estas horas por la calle? — pregunto. El más bajo dejo salir un suspiro y contesto —No hay tan buena vista en donde vivo, ¿Tú pelirrojo? — pregunto de vuelva mirando hacia su acompañante que tenía ojos azules, muy bellos para ser sincero.

      —Problemas en casa, es un asco ese lugar, soy Ajax, por cierto pero puedes decirme Childe —dijo apagando el cigarro y parándose para irlo a tirar. —Scaramouche — respondió mientras también apagaba el cigarrillo y se ponía rápidamente al lado del chico. Iba a ser una noche más calmada, nadie iba a notar su desaparición hasta unas horas, o si tenían suerte días.