SWEET DREAMS. [Neteyam]

003

"Kiri y Neteyam"
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—Debes ser gentil, acércate despacio a ella. —explicó Nawi al lado de Neteyam.

Este nado lentamente hacia el Ilu y se subió con cuidado sobre él. Nawi lo seguía por detrás y observaba cada una de sus acciones.

—Siente su fuerza, sus emociones y persigue sus movimientos a través del vínculo. —continuo ella, Neteyam asintió entendiendo sus palabras y tomo su larga trenza para unirse al Ilu y formar el vínculo.

Se aferró fuertemente y comenzó a nadar, en segundos se perdió en la profundidad del agua conteniendo todo el aire en sus pulmones como Nawi le había enseñado la tarde anterior. Sonrió con orgullo cuando salió a la superficie un poco alejado de los demás, quienes le aplaudían muy felizmente por su logro en el primer intento.

Nawi le gritaba contenta animándolo y Neteyam soltó una carcajada por lo tierna que se veía. Cuando ella se acercó lo suficiente, el mayor bajo la cabeza con timidez tratando de ocultar sus mejillas coloradas.

—Te felicito, Neteyam. ¡Lo hiciste increíble! —dijo dando palmaditas y con una gran sonrisa en el rostro.

—Gracias... —respondió bajando del Ilu y posicionándose a su lado—. Ahora podremos pasear juntos. —propuso con las orejitas abajo y una mirada nerviosa.

—Por supuesto. —aceptó—. Si quieres podemos salir más tarde después de almorzar.

Neteyam asintió rápidamente con emoción y un notable brillo en sus ojos.

De repente escucharon unas risas provenientes de Aonung, el cual se burlaba de lo'ak por haber caído del Ilu. Tsi'reya rio por lo bajo y nado hasta él para consolarlo. Se veían muy enamorados, incluso a la distancia.

Después de practicar un poco más, llegó la hora de comer y descansar, cada uno se fue por su lado, excepto Kiri la cual se quedó en la orilla del mar admirando todos sus detalles.

—Reya, yo me quedaré aquí con Kiri. —aviso Nawi tomándola de la mano.

Ella asintió sin rechistar y se marchó junto a sus hermanos.

Nawi camino hasta quedarse a unos pocos centímetros de Kiri, la cual se encontraba hundida debajo del azulado océano.

—¿Qué estás viendo, Kiri? —grito para que la escuchase. La nombrada se levantó sorprendida y un poco asustada.

—Casi me matas del susto, Nawi. —dijo graciosa, sosteniendo su pecho para aliviar su respiración.

—Lo siento. —rio—. ¿Estás bien? ¿Por qué no fuiste a almorzar?

—Me quedé entretenida observando. —contesto—. ¿Y tú?

—Quería estar contigo, para hablar y ser amigas. —se inclinó para sentarse sobre la arena y Kiri la imitó ubicándose a su lado—. No tuve la oportunidad de conocerte bien desde que llegaron.