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“TE VEO, TE AMO”


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—Esta es la Cala de nuestros ancestros, es nuestro sitio más sagrado. —explicó Tsi'reya—. El mejor momento para venir es durante el eclipse

Rotxo, Nawi y Tsi'reya se sumergieron en el agua, siendo seguidos por los Sully, quienes admiraban fascinados el ambiente a su alrededor.

—Este es el árbol de los espíritus. —Informó Nawi utilizando señas. La misma dejó a su Ilu e incitó a los jóvenes para acercarse hasta el árbol.

Cabe aclarar que Nawi, es decir, Ophelia. Estaba completamente consciente de que en algunos minutos los problemas se harían presentes, pero decidió que no alteraría el orden de las cosas y que lo mejor sería que todo transcurriera con normalidad.

Tsi'reya les enseño con atención para que copiaran sus movimientos, incluida Nawi que era la primera vez en contemplar aquel gran árbol. Tomo su larga trenza, temerosa ante lo que podría suceder y con lentitud estableció un vínculo sobre las ramas del mismo, sintiendo cada partícula de su cuerpo removerse y su mente dispersarse hasta llegar a un iluminado lugar.

Abrió los ojos de golpe y se levantó del suelo con rapidez. Estaba en una gran casa que reconoció después de observarla con detalle, era la mansión abandonada de su barrio, en donde se escondió para poder cambiar con tranquilidad.

—¿Y-ya volví? —formulo con angustia evidente en su voz. Dio media vuelta y analizo todo el sitio con las piernas temblorosas y las lágrimas a punto de soltar.

De repente, choco con algo tumbado sobre el suelo, bajo la cabeza y pego un fuerte grito al saber de qué se trataba. Era ella misma, dormida y recostada sobre unas mantas. Eso aclaraba que aún seguía en su RD y gracias al árbol de las almas pudo verse en ese estado; sumergida en las profundidades de un viaje hacia otra realidad y en relajación absoluta, pero totalmente lúcida.

Una fuerte presión sobre su estómago la hizo retorcerse con incomodidad, provocando que levantara la vista, notando como todo lo que la rodeaba en segundos era succionado, alejándose de ella como un pestañeo. El vínculo fue interrumpido drásticamente por Tuk, la cual la removió fuertemente para que despertara y en cuanto diviso como Kiri convulsionaba se asustó.

—¡Nawi! —exclamo por señas una vez que la nombrada regreso al presente—. ¡Kiri está mal! —Informo con sus manos entre medio del llanto y abrazando con fuerza a la mayor.

Neteyam tomo a su hermana y nadó hasta la superficie junto a los demás. Una vez allí, la subió sobre su Ilu y reviso a Kiri con celeridad.

—¿Respira? —preguntó Rotxo muy preocupado.

—¿Qué le pasa a Kiri? —inquirió esta vez la más pequeña.

Entonces, al ver que su hermana no despertaba, la agarro con firmeza y comenzó a darle respiración boca a boca. Dos veces bastaron para que Kiri llenara nuevamente sus pulmones con el aire fresco del lugar.

—¡La llevaré a la aldea! —aviso antes de que se marchara con ligereza.

Y así todos lo siguieron por detrás, angustiados e intranquilos por Kiri.


Cuando el eclipse pasó, Norm y Max (amigos de Jake) se presentaron para ayudar, ya que, aunque Kiri respiraba, aún se mantenía inconsciente. La familia Sully ni siquiera se alejó, al contrario, permanecían afuera de la choza esperando por una respuesta y la recuperación de la menor. Incluso Nawi se encontraba ahí, impaciente y muy afligida por su amiga.

—Ma Neteyam —Lo habló la Metkayina posicionándose a su lado sin importarle la presencia del resto, quienes estaban a unos cuantos metros de distancia.

Este la miro con tristeza para después bajar la cabeza desconsolada. Nawi tomo su mano con sumo cuidado y acaricio la palma de la misma con mucha delicadeza para aliviar la tensión.

—No es tu culpa. —enfatizó ella con suavidad.

—No puedo no sentirme culpable. —contestó con las orejas hacia abajo.

—Net, tú la salvaste. —continuo—. Estoy segura de que Kiri no querría que te sintieras culpable de algo que evidentemente no podías evitar, ni siquiera sabias que ocurriría.

El chico solo permaneció en silencio y limpio su nariz quitándose el resto de los mocos. —Soy su hermano, tengo la responsabilidad de protegerla. —lamento con la voz temblorosa—. Si tan solo yo…

—Ya basta, Neteyam. —lo detuvo tomando su rostro con ambas manos, obligándolo a que la viera a la cara. Tenía los ojos cristalizados, sus pestañas humedecidas y cientos de lágrimas escurriendo por sus mejillas—. Mi niño… —dijo en cuanto percibió su llanto y de un tirón lo envolvió con sus brazos atrayendo la cabeza de él hasta su pecho—. No llores, por favor… —Pidió a un paso de quebrarse, puesto que verlo tan deprimido le rompía el corazón.

Nawi acariciaba las trenzas del chico mientras él sollozaba muy por lo bajo, ocultando su semblante en el cuello de la menor.

De pronto, sus quejidos callaron y con lentitud retomo su postura para mirarla. —Te ve-

—¡Chicos, Kiri despertó! —interrumpió Tuk apareciendo de repente.

Ambos se alejaron con las mejillas ruborizadas y corrieron nuevamente hasta la choza, donde Kiri lloraba sin cesar en los brazos de su madre.

—Es mejor que las dejen a solas. —Mando Ronal—. Nawi, —la nombro al ver como su hija tenía intenciones de quedarse allí con Neteyam—. Nos vamos. Ahora. —ordenó abandonando el sitio.

Y sin más que decir, la joven se despidió del Omaticaya con los labios formando un puchero y soltando su mano con dificultad. —Adiós… —saludó.

—Hasta mañana, princesa. —susurró apenas solo para que ella lo escuchara.












Traje otro episodio porque conozco el sufrimiento de esperar una nueva actualización jaja. El próximo será mucho mejor, lo prometo.

Voten y comenten si les gusto💗.

SWEET DREAMS.  [Neteyam]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora