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"CUANDO LOS SUEÑOS TERMINAN"

Su corazón latía tan fuerte como un inmenso remolino, golpeando su pecho con ferocidad e igual de rápido que un colibrí asustado. Temía por sus amigos, por ella y Neteyam. Sus labios temblaban y sus grandes ojos recorrían todo el lugar con temor. Las personas del cielo los habían capturado, amenazando sus vidas con una pistola y rodeados de centenares de soldados.

Spider, que había aparecido de los adentros del barco, se acercó pidiendo que no lastimaran a sus amigos. Nawi lo observo con detenimiento, puesto que era la primera vez que lo veía y se sorprendió por su altura. “Quizás en mi cuerpo de humana soy mucho más alta que él” Deliberó la menor por sus adentros; sin embargo, detuvo al instante sus pensamientos cuando escucho como Quartich le arrebataba el comunicador a Lo'ak seguido de apuntarle la mira del arma sobre la cabeza.

—¡No! —Grito al unísono con su hermana Tsi'reya.

Mientras Nawi debatía todas las posibilidades malas y buenas que podrían ocurrir en sus intentos de salvar a Neteyam, Jake, que se encontraba al otro lado, hablaba con Quartich intentando persuadirlo y salvar a los jóvenes secuestrados. Todo el clan Metkayina esperaba impaciente, preparados para la batalla y deseosos por la venganza.

El militar le ofreció un trato: la libertad de los chicos a cambio de que él se entregara. Al no tener otra opción, cedió sin pensarlo tanto y avanzo con lentitud, anhelando por un milagro, pero decidido a salvar a sus hijos y a las niñas de Tonowari. Antes de que el Omaticaya alcanzara llegar, fue detenido repentinamente por Payakan, el cual se lanzó por encima del barco, quedando arriba de este para aplastar a toda la tripulación.

Gritos, balas, y mucho movimiento. Todo parecía como una verdadera película de terror y Nawi no pudo evitar reflexionar que, todo estaba acabado. Neteyam moriría y ella ni siquiera podía salvarlo. Tenía las pestañas humedecidas, un ardor en la garganta y una extraña sensación recorrer cada parte de su cuerpo. Se giró para ver a Tsi'reya, quien tenía una mirada atemorizada, y luego a Tuk, que también estaba asustada y soltaba algunos chillidos desesperados.

El ataque del tulkun fue una señal clara y fuerte para que todo el pueblo avanzara con rapidez siguiendo el plan de acabar con los humanos. Nawi sonrió instintivamente al verlo emerger del agua y subirse al barco para auxiliarlos. Saludó a sus hermanos, y después de desatarlos caminó hasta la menor, que admiraba detenidamente cada movimiento del chico.

—Hola, Princesa. ¿Necesitas ayuda? —bromeo un poco sin quitarle los ojos de los suyos. Ella se mantuvo en silencio, y como pudo asintió. Por más de que él estuviera ahí, sonriéndole y llamándola con su lindo apodo, no podía evitar imaginarse aquella escena, en donde él estaba tumbado sobre el suelo, despidiéndose de su padre con dolor. 

Una vez liberada, agarró a Neteyam de las manos y con todas las fuerzas del universo habló. —Ma Neteyam, por favor vámonos. —suplico con la voz temblorosa.

Neteyam repensó la situación y se preguntó a qué se debía su insistencia por huir, su familia estaba allí también, luchando por sus hermanos espirituales y defendiendo a los suyos. La miro confundido y al notar el semblante suplicante de la menor, accedió dedicándole un leve asentimiento con la cabeza; sin embargo, Lo'ak los interrumpió. —¡Tenemos que ayudar a Spider! —ante el silencio de su hermano, volvió a pedir—. Vamos, bro. No podemos dejarlo solo.

El nombrado aceptó a regañadientes.

—¡No! —vociferó—. Neteyam, te lo ruego. Quédate conmigo. —dijo sujetándolo fuertemente por el brazo.

SWEET DREAMS.  [Neteyam]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora