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"La llegada de los Sully"

Abrí los ojos y ya no era el techo blanco de mi casa, era un hermoso cielo celeste repleto de nubes por doquier

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Abrí los ojos y ya no era el techo blanco de mi casa, era un hermoso cielo celeste repleto de nubes por doquier.

Mi corazón palpitaba tan fuerte que tenía el miedo de que se desprendiera de mi pecho, respiraba con irregularidad sin poder creerlo aún y por mi cabeza pasaban cientos de pensamientos como estrellas fugaces en una noche oscura de verano.

Me levanté con cuidado quedando sentada sobre la arena, lo primero que mis ojos divisaron fueron mis pies de Na'vi, tenía cuatro dedos y solté una carcajada al verlo. Luego observé mis manos y el color de mi piel; tan azul como el océano y con franjas dibujadas del mismo color, pero más claras.

Sonreí casi al instante al saber que estaba donde tanto anhelaba llegar.

Admiré a mí alrededor toda la naturaleza tan viva y auténtica como lo pintaban las películas. Inhale profundamente, sintiendo el aire puro adentrarse a mi cuerpo, y por fin pude pararme completamente.

Sentir la arena cálida entre los dedos de mis pies era tan satisfactorio, la brisa acariciaba mi rostro y se escuchaba el sonido de las olas, golpear, resonando en todo el lugar.

Caminé unos cuantos metros con algo de torpeza. Ante la altura me sentía un poco mareada y por la situación en la que me encontraba (probablemente aún en shock)

Esa sensación de felicidad emanaba de mi cuerpo, ni siquiera podía ocultarlo por mis risas y chillidos de alegría que soltaba por cada paso que daba.

Me acerqué hasta el agua y al sentirla rozar con mi piel supe y confirmé que todo era verdad.

Tenía tantas ideas que no sabía por donde empezar. Adentrarse a la selva, al mar o ir hacia la aldea para conocer a los demás na'vi. Estaba tan adentrada en mis pensamientos que ni cuenta me había dado que alguien me estaba llamando hasta que tocaron mi hombro con suavidad.

—Nawi, ¿Qué estás haciendo aquí sola? —me preguntó Tsi'reya con su agradable voz.

Allí estaba, tan dulce, con sus ojos de miel y esa hermosa sonrisa que conquistaba a cualquiera.

—¿Estás bien, Nawi? —inquirió con preocupación.

Yo simplemente asentí, las palabras no salían debido a que se ahogaban en mi garganta.

—Volvamos, la alarma sonó. —me avisó y rápidamente caí en la realidad.

Yo quería aparecer exactamente en este momento, cuando los Sully llegaban hasta el territorio del clan Metkayina buscando uturu, es decir, refugio. Todo lo que había escrito en mi guion calló sobre mí como un balde de agua fría, la palabra clave, los detalles, mi aspecto, absolutamente todo.

SWEET DREAMS.  [Neteyam]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora