Hace un mes me separé de la persona que amaba, con la que suponía que iba a envejecer, con la que iba a compartir hasta los ultimos días de mi vida, con la que iba a ver a nuestro hijo crecer, cumplir sus sueños y metas...
Pero él ahora no es mío, ni siquiera ese niño que crié como mío...no es mío.
O quizás...Felix jamás fue mío, y solo vió en mi una fuente de seguridad muy confiable.
Quiero creer que Felix me amó en los primeros cuatro años de nuestra relación, todo se veía muy bien, todo estaba supuestamente bien, pero al parecer...nada estuvo bien, o tal vez nunca estuvo bien.
Quise negar la realidad, que su cuerpo con marcas rojas y moradas eran solo mi imaginación y no de alguien más, que ese perfume en su piel era solo mi imaginación y que debía confiar más en Felix, que jamás me haría algo tan descarado como acostarse con alguien más estando casado conmigo...pero lo hizo, se acostó con alguien más mientras estuvo conmigo y tuvo un hijo con esa persona, haciendo pasar ese bebé como mío.
Siempre escuché en los pasillos de la universidad que yo era muy poca cosa para alguien tan atractivo como Felix, que era alguien sin gracia, sin carisma o belleza, que debía estar agradecido que alguien como Felix me prestara atención y que malgastara su tiempo estando conmigo de pareja. También escuche la fama de picaflor que Felix tenía en su facultad, y hable de eso con él, pero aseguraba que me amaba, que nunca había sentido tanto en el pecho desde hace mucho y que fue el único que provocó eso.
Hubo un valiente llamado Erick Jeongin Yang, era estudiante de psicología al igual que yo, él iba en otro salón y comenzó a trabajar en la misma clínica que yo que; el único que se atrevió a decirme...o advertirme...de Felix, diciéndome que tuvo un novio antes de mi y que me engañaba con ese ex, al que lo engañó multiples veces, con su mejor amigo y con el hermano, pero yo me quise negar a creer.
¿Cómo alguien tan tierno y agradable como Felix sería capaz de hacer tal cosa?
Jeongin me dijo que haría lo mismo conmigo, que Felix no haría ninguna excepción con nadie, solo buscaba su propio bienestar y placer, que no me amaba a mi como la persona que soy, que me haría incluso más daño que a los demás.
Que mirara más friamente a mi alrededor, que tenía a una persona que de verdad me amaba, pero que era (o soy) muy ciego para verlo.
Cuando me casé con Felix, me topé con la mirada de Jeongin, pude ver su decepción y pena en mi, y miraba con rabia a Felix; aún recuerdo cuando se acercó a mi y pidió hablar conmigo a solas, me dió una tarjeta con su número y nuevo consultorio, me miró con seriedad y me dijo: "Lo necesitarás en el futuro, Chan" "Nunca te olvides de todo lo que te dije, y el día que te des cuenta de todo, el golpe será duro y...no creo que lo soportes...pero ahí estaré yo para ayudarte...y esa persona también estará ahi"
Cuando dijo eso me sentí molesto, pero me quedé callado, no quería sentir nada más que felicidad en día más feliz de mi vida.
El día que nació Jacob, él llegó, cargó y observó a Jay, pude darme cuenta que lo miró desde su cabello hasta la forma de sus uñas, solo vi una genuina sonrisa en el rostro de mi mayor, y dijo que era un niño muy lindo y esperaba que creciera sano.
Años después, todo lo que me dijo, era verdad, Felix no tuvo compasión ni vergüenza, y yo...solo siento soledad, tristeza, rabia, acomplejado, inservible, mal...muy mal y miserable.
Quiero, no, amo a Jacob, al final del día lo considero mi hijo aún cuando no es de mi sangre, lo amo tanto que duele...pero mi lobito tiene que vivir con su verdadero padre.
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Diario de un Divorcio y (tal vez) un nuevo Amor
RandomChan y Felix se conocieron en la universidad, se enamoraron y fueron novios por tres años, luego, tomaron la decisión de casarse y luego de cuatro años de matrimonio, el pequeño Jacob llegó a sus vidas, sin embargo, el pequeño... No se parecía en na...