Capítulo 11| Alianza

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Mike Wheeler| Cornucopia

Había llegado justo al amanecer, pero no había señal de Ónix. Con cautela comenzó a acercarse a la cornucopia, la cual parecía demasiado tranquila.

Se fijó entre los escombros del pequeño castillo, solo en caso de que hubiese alguien allí.

Entonces una flecha cayó a tan solo unos pocos centímetros de su pie, Mike saltó sorprendido y se fijo en el lugar de donde prevenía. En lo alto se encontraba Onix, quien sostenía un arco mirándole sonriente.

— Tranquilo, si hubiese querido matarte ya lo hubiera hecho desde que saliste de la jungla — Ónix bajo de allí de un salto y camino hacia Mike con paso tranquilo — Pero eso no hubiese sido divertido.

Tensó el arco y Mike rápidamente tomó uno de sus cuchillos para apuntar a la flecha y desviarla de su objetivo antes de que llegara a impactar en su cuerpo.

— Descuida, yo también vine aquí a divertirme — Le sonrio con prepotencia.

Ónix apretó los labios, estaba molesto — Entonces no te quedes allí parado y ataca — Grito con fuerza.

Mike se fijo en el escudo que había detrás del tributo, lanzó un cuchillo hacia su cara para tratar de despistarlo y cuando el ojiazul se agachó para evitar el ataque, Wheeler corrió detrás de él para tomar el escudo y protegerse antes de que una flecha impactara en él.

— Felicitaciones, tienes un escudo, debes ser el favorito de la clase — Ónix tenía el arco tensado, buscando un espacio en el cual poder disparar la flecha — Yo odio a los que sobresalen más que yo.

— ¿Por eso odias a todo el mundo? Siendo sinceros tu rango de habilidad esta demasiado por debajo del mío.

Ónix lanzó la flecha y esta rebotó en el escudo, Dejo escapar un chillido de frustración al mismo tiempo que dejaba caer el arco y agarraba una espada del suelo.

— ¡Ya me hartaste! — El ojiazul comenzó a dar estocadas, pero Mike era lo suficientemente rápido como para defenderse de ellas — Debi matarte cuando tuve la oportunidad.

— Tu arrogancia te cegó, Ónix, tienes razón, debiste aprovechar la oportunidad, porque ahora yo voy a matarte.

Mike tomó otra espada del suelo y comenzó a combatir con el chico, de un momento a otro golpeo la mano del muchacho provocando que soltara la espada y quedara acorralado entre la espada y la pared, literalmente.

— No debiste meterte con Will — Le dijo Mike presionando el filo de su arma en su cuello — Pudiste haberme amenazado con cualquier otra cosa, pero eso no te lo permito.

Un golpe en la nuca de Mike le hizo perder el equilibrio, cayó de rodillas mientras se tocaba la parte afectada, estaba sangrando.

Ámber apareció con una pequeña daga en la mano, lanzó la roca con la que lo había golpeado y se acercó hacia Ónix para pasarle una espada.

— ¿qué decías? ¿La arrogancia me cegó? Parece que tu y yo nos parecemos más de lo que crees — Se burló Ónix mientras Mike le miraba con odio desde el suelo — No creíste que vendría solo ¿o si?

— Es porque necesitabas ayuda para matarme, porque tu solo no puedes — Escupio el azabache con veneno.

Ónix le miro irritado y Mike se levantó para correr, el ojiazul miró a su compañera y ella asintió lanzando la daga hacia el menor.

Wheeler alcanzó a voltear y percatarse de aquello, se agachó para evitar la daga, pero el filo le rozó la mejilla derecha dejando un fino raspón en ella del que goteaba un poco de sangre.

Los Juegos Del Hambre | BylerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora