Capítulo 15| Mosquitos

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Will Byers| La Jungla.

— Esas no — Le advirtió Mike a Will, mientras se acercaba para tirar las bayas azules que estaba recolectando — Son venenosas.

— ¿Cómo lo sabes? — Preguntó este.

— Evangeline me lo dijo.

Siguieron su camino en silencio, habían pasado dos días desde la última muerte, la de su compañera, y las cosas habían estado tranquilas. Ambos chicos trataban de ir por los árboles para no ser vistos y cuando tenían hambre solo bajaban para recolectar algunos frutos.

Consideraban que habían tenido demasiado entretenimiento y se negaban a ser parte de su asqueroso show, los del capitolio tendrían que sentarse ahí mirando como nadie se atacaba, se aburririan tarde o temprano.

Aunque los del Capitolio no les había hecho gracia esa clase de muestra de rebeldía, se estaban rehusando a jugar y no lo permitirían.

Fjord, el organizador de los juegos, miro hacia alguno de los programadores.

— Están demasiado lejos de los otros tributos — Informo este —Tardaran una eternidad en encontrarlos y a este paso los juegos serán eternos.

El rubio, Fjord, sonrió — ¿Qué te parece si les damos un empujón? Ayudemoslos a que los encuentren.

Pronto comenzaron a desaparecer todos los frutos de todas las áreas en los juegos, obligando a los tributos a seguir buscando, lo que ellos no sabían era que mientras siguieran los frutos llegarían a un claro con un montón de ellos, algo asi como una trampa de ratas repleta de queso.

— Ten listo el cañón —Le dijo el organizador con una enorme sonrisa.

Mientras tanto Will comenzaba a caer en aquella dulce tentación  las frutas parecían mucho más jugosas conforme se acercaba al claro.

—Prueba esto, Mike, está delicioso — Chillaba de placer, era como si aquello tuviera algún tipo de droga adictiva.

Mike estaba receloso, no probó ninguna fruta, decidió guardarla para más tarde, pero al ver a Will tan mareado comenzó a sospechar.

— ¡Will! —Se acerco a él tomándole de los hombros, ambos se miraron fijamente y noto las pupilas de su compañero ligeramente agrandadas.

— Desgraciados —Mascullo dándose cuenta que habían drogado a su aliado —Tenemos que salir de aquí.

Las alertas comenzaron a sonar en su cabeza y todas las señales de alarma de su cuerpo se activaron. Mike sentía aquella sensación como la de ser observado y no estaba alejado de la realidad.

Del otro lado del claro llegó Jane, Mike la reconoció como la compañera de distrito de Will, también parecía desorientada y sus torpes pies comenzaron a tropezar con las enredaderas del suelo.

— ¡Jane! Únete a la fiesta —Le animaba un muy mareado Will quien era pobremente silenciado con la mano de Mike para no ser descubiertos, pero era demasiado tarde, Jane se encontraba caminando en su dirección.

— ¡Dios! Estaba buscándote.

Jane prácticamente lanzo a Mike fuera del alcance de Will, frunció el entrecejo al verla siendo tan melosa con su aliado ¿desde cuándo le caía bien? Por lo que veía en los entrenamientos ella apenas y le hablaba.

—Me alegra que no hayas muerto —Le dijo él genuinamente feliz al hallar un rostro reconocido — Oye ¿ya probaste esto..?

Ella le miraba sonriente, aunque se podía sentir la tensión en el aire, Mike lo asoció como la sonrisa de un cazador al encontrar su presa y entonces actuó.

Los Juegos Del Hambre | BylerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora