Capítulo 18| Regreso a Casa

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Will Byers | El Vencedor

Aún después del baño que le dieron no pudo quitarse la suciedad que sentía después de todo lo que había hecho, si cerraba los ojos aún podía sentir la cálida sangre de Mike manchar todo a su paso.

Ni si quiera pudo articular una sonrisa cuando Esko lo vio llegar al camerino, su estilista estaba feliz de verle regresar, pero Will hubiera preferido morir en la arena.

Cuando lo vistieron y prepararon para la entrevista con el vencedor de Caesar Flickerman, realmente creía que era un payaso, un payaso triste de algún circo, uno que solo tenía que seguir bailando a pesar de su triste maquillaje que ocultaba su verdadero sufrimiento.

— ¡Que buena estrategia la tuya, Will!

Aquellas palabras llegaron a sus oídos como aguijones molestos, alzo la vista viendo al falso presentador dedicarle una sonrisa exagerada.

— ¿Qué? — Atinó a decir confundido, la multitud río y Caesar celebró su personaje, Will quería vomitar de lo ridículo qué era todo aquello.

— Claro, eres un chico de pocas palabras ahora, pero veamos las repeticiones ¿les parece?

La multitud gritó eufórica y entonces en la enorme pantalla se veía a dos adolescentes pelear por su vida. Will y Mike forcejeaban con lo cuchillos y el ojiverde reprimió las ganas de llorar al verlo a él de nuevo.

Entonces, por el ángulo de las cámaras, parecía que Will había apuñalado brutalmente a Mike dándole así la victoria.

— Fingiste rendirte, bajaste la guardia y entonces ¡Bam! ¡Lo acabaste! ¿No es increíble?

Will miro hacia sus pies ¿realmente eso era lo que pensaban todos? no podría vivir de ser alabado por todos solo por que lo consideraban un manipulador.

— Bueno, aunque fingiste aquello, podemos decir que lo que sentiste en la arena no fue una simple actuación ¿o me equivoco?

Cuando la multitud comenzó a soltar suspiros enternecidos, Will se permitió mirar de nuevo la pantalla en donde se mostraban los mejores momentos de Will y Mike como aliados, los besos, las palabras, las miradas, todo estaba ahí.

— Eramos un gran equipo — Dijo Will en un suspiro, si la gente creía que era un manipulador, entonces le daría el mejor show del mundo, lo haría para sobrevivir, porque sino entonces la muerte de Mike sería en vano —Pero solo puede haber un ganador ¿no?

— Exactamente, damas y caballeros, el vencedor del distrito 10 ¡Will Byers!

Caesar le tomó de la mano e hizo que las alzara para celebrar su triunfo aceptando los aplausos del público y, aunque la cara de Will parecía la de un verdadero ganador, muy en el fondo sabía que había perdido más.

Su humanidad.

|...|

El tren iba de regreso al distrito 10, Will no había dicho ni una sola palabra desde que había subido, su mentora lo miraba con preocupación, se acercó lentamente hacia él.

— Diste un buen show — Le animó — Puedes estar tranquilo el resto de tu vida...

— Te atacas de comida y luego vomitas, puedo escuchar como tienes pesadillas ¿Tú estas tranquila con tu vida? —Dijo él con rudeza, su mentora se quedó callada y Will soltó una risita sarcástica — Eso creí.

Bajando del tren todo un distrito le recibió con vítores y aplausos, sus 6 hermanos y su madre llegaron con él eufóricos, estaban contentos de que hubiese sobrevivido.

Los agentes de la paz les guiaron hacia la aldea de los vencedores, una zona privada en el distrito en donde solo podían vivir los ganadores de los juegos junto a sus familias.

Los Byers estaban contentos por aquello, sabían que no debían preocuparse nunca más por ser elegidos pues al ser un miembro de la familia de un ganador, de cierta manera les otorgaban inmunidad, las teselas ya no serían un problema pues les tratarían como reyes y estarían bajo el ojo público un buen rato.

Will en cambio no era el mismo, ni si quiera se sentía tranquilo en sus sueños, pues un chico hermoso de ojos cafés se aparecía todas las noches recordándole lo mucho que lo amaba y lo orgulloso que estaba de que hubiese sobrevivido.

Sabia, que en algún lugar del cielo, Mike estaba mirándole y no le alcanzaría la vida para agradecerle por haber salvado la suya a costa de sacrificar su propia vida. Él sabía más que nadie que Mike deseaba regresar a casa para enorgullecer a su padre y demostrarle que debía darle al menos algo de atención.

Había sacrificado su sueño para que Will pudiese reencontrarse con su familia.

— Eres un verdadero héroe — Murmuró Will mirando el cielo y tomando entre sus dedos el collar que Mike le había dado aquella vez.

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Sigan leyendo que enseguida de este público el epílogo

Los Juegos Del Hambre | BylerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora