𝐗𝐗𝐕𝐈.

938 111 34
                                    

╰──────♡──────╯

Podía asegurar que ni siquiera cuando dio la prueba de ingreso a la universidad, estaba tan nervioso.

Sus manos temblaban como nunca antes y sus piernas se movían de arriba abajo a una velocidad inhumana; al igual que su pecho debido a los fuertes latidos de su corazón.
Su respiración estaba tan agitada que parecía que había corrido una maratón de 5 mil metros sin descanso alguno.
Las gotas de sudor se deslizaban por las palmas de sus manos hasta llegar a sus dedos, secándolos directamente en su pantalón una y otra vez.
Hasta comenzaba a marearse de tantas veces que había girado su cabeza para mirar de un lado a otro, como si estuviera buscando a alguien.

Ese alguien era Jake.

Revisó otra vez los mensajes que le había enviado pidiéndole que se juntaran fuera de la universidad, pensando en sí había sido una buena idea o no.
Luego, lo guardó nuevamente en el bolsillo de su chaqueta; aunque, fue totalmente innecesario porque segundos después, lo sacó de nuevo para ver la hora, como lo había estado haciendo los 20 minutos que llevaba ahí sentado, esperando a Jake.

Lo peor es que... ni siquiera lo había citado a esa hora, sino que mucho más tarde, pero los nervios lo habían hecho ir antes de la hora estimada.

Se levantó de la banca para comenzar a caminar por los alrededores; sentía que sus piernas comenzaban a dormirse.

Estiró sus brazos y espalda, tratando de liberar la tensión que comenzaba a formarse en ella.
Soltó un último suspiro, y volvió a sentarse, sólo que esta vez en el pasto; quizás acostado en él podría relajarse un poco.

Pensaba una y otra vez:

¿Qué pasa si me rechaza?

¿Dejará de ser mi amigo?

¿Y si se empieza a sentir incómodo conmigo?

— Mierda. — murmuró.

Llevó ambas manos a su cabello, desordenándolo, como si así fuera a aclarar su mente.

Cualquier persona que lo viera, le parecería ridículo que estuviera así de nervioso al momento de decirle a alguien que le gustaba; es decir, a primera vista era un chico realmente atractivo. No había día en el cual Sunghoon no recibiera más de dos confesiones de amor diarias.
Sus lunares y sonrisa eran los principales dueños de los suspiros de cada una de las chicas de la universidad, quienes lo perseguían como perros hambrientos tras comida.

Entonces, ¿por qué le daba tanto miedo que lo rechazaran? De todas formas, cualquier otra persona lo correspondería en otro momento, ¿no?

Eso creían todos, pero, a decir verdad, Sunghoon no lo veía de esa forma.
Él era una persona que normalmente no demostraba sus sentimientos. Siempre que alguien comenzaba a gustarle, prefería quedarse callado y esperar a que su enamoramiento repentino, se acabara dentro de unos meses; y la mayoría de veces había funcionado, así que, cómo no, intentó hacer lo mismo con Jake...

Digo que, "lo intentó", porque después de tres años de silencio, sus sentimientos por Jake no habían cambiado en lo absoluto, incluso, había sido todo lo contrario.
Jake cada vez le gustaba más que antes, al punto de que sólo podía pensar en él.

𝐑𝐎𝐎𝐌𝐈𝐄𝐒 - sunkiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora