𝐗𝐈.

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— Mierda, Riki, me arrepiento de haber venido. — susurró el mayor al borde del llanto mientras se aferraba al brazo del contrario.

— Vamos, Sunoo, no seas exagerado. — rió en voz baja.

— Me debiste haber dicho que la película era de terror. — sollozó. 

— Si te decía, no ibas a aceptar venir. — respondió volteándolo a ver.

Ambos se quedaron un par de minutos mirándose.

Ni-Ki sonrió y limpió una pequeña lágrima que iba cayendo por las mejillas del mayor.

— No llores, no va a pasar nada fuera de la película. Además, estoy yo aquí. — habló el más alto.

Eso lo había tranquilizado un poco, no sabía cómo, pero con Ni-Ki se sentía seguro.

— ¿Me puedes abrazar? — preguntó el mayor.

— Claro, ven. — sonrió y correspondió su abrazo.

...

Las dos horas se basaron en gritos, sollozos, saltos y quejas que venían por parte del mayor, y de algunas personas más dentro de la sala.

Si no hubiera estado con Ni-Ki, quizás hubiera estado peor. Pero lo bueno es que estaba con él.

Ahora estaban yendo a un lugar para comer, porque aunque habían comido dulces en el cine, aún tenían hambre.

— ¿Qué tal si comemos pizza? — preguntó el mayor.

— Mm, mejor pollo. — respondió el menor.

— Ni-Ki, comemos pollo todos los días. — se quejó Sunoo.

— Pero es que es rico. — dijo el más alto.

— Lo es, pero hay que cambiar el menú. — habló.

Se quedaron unos minutos en silencio, hasta que Ni-Ki volvió a hablar.

— Ah, está bien. — terminó accediendo. 

— Sabía que dirías que sí. — sonrió.

Una vez pidieron la pizza, se sentaron en una mesa a conversar.

— La próxima vez que vengamos, yo elegiré la película. — habló el mayor.

— ¿Quieres que vengamos una segunda vez? — preguntó con una sonrisa.

— Sí, o-o sea, no sé, ¿qué dices tú? — sus mejillas se sonrojaron. ¿Por qué siempre decía cosas sin pensar?

— Por mí está bien, siempre y cuando tú quieras. — respondió con notable felicidad.

— Entonces sí, y quizás más de dos veces. — dijo el mayor.

Ambos se sonrojaron.

Después de unos cuantos minutos, la pizza llegó. Al fin tenían una excusa para no volver a hablar en toda la noche.

...

— Ni-Ki. — llamó.

— ¿Mm, dime? — contestó, mirándolo.

— Al final, ¿arreglaste las cosas con Hikaru? Bueno, vi sus fotos en ig, así que supongo que sí... — habló el mayor.

— Oh, sí, o sea, terminamos... pero, quedamos como amigos. — respondió con una sonrisa.

𝐑𝐎𝐎𝐌𝐈𝐄𝐒 - sunkiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora