Qua Resurget Ex Favilla [YOONSEOK] Pausa

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Vampiro

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No se cuanto tiempo paso, pero mi cuerpo se sentia flotar mientras era acariciado por mantas suaves debajo. Era como si todo mi cuerpo estuviera adormecido y con calambres cada cuanto. No podia respirar bien, mi respiración estaba realmente acelerada me sentia atacado y aun asi no me podia resistirme o no queria hacerlo. Estaba realmemte caliente como si estuviese en llamas cada centimetro de mi cuerpo desde mi cabeza hasta la pinta de los dedos de mis pies.

Estaba en celo.

Estaba siendo acariciado por las manos temblorosas de ese hombre con tanta delicadeza como si fuese el viento tocando el pétalo de una flor, esos besos eran dejados con tal devoción por todo mi cuerpo y recorriendo sus mejillas a mis labios.

Nuestros labios seguian satisfaciendo con un edén que nos atraía y nos chocaba uno al otro, necesitados del contacto contrario como una necesidad más grande que nuestras propias vidas. Su tacto era tan frío y cálido a la vez, mientras era penetrado y reclamado por el, mientras yo no podía hacer más que sentir el placer más grande que sentía en mi vida y con dificultad envolvía torpemente mis brazos sobre sus hombros.

No estaba seguro si me habia marcado, pero ahora sabia de alguna forma que desde el instante en que nuestros ojos se cruzaron esa noche desde ahora era suyo, seguramnete me iba a arrepentir en la mañana pero no podia negarme tan sentimiento y placer que sentia en ese instante, mi cuerpo no me lo permitia.

Mis ojos estaban nublados y no podía ver con claridad al hombre sobre mi, pero si podía distinguir esos orbes negros que perforaban los abismos mirándome y por alguna razón esos ojos me parecieron tan hermosos tambien.

Se mantuvieron fijos todo el tiempo sin quitar su vista de mi ni por un segundo como si lo que estuviera observando fuera lo más cautivante que haya visto y eso solo me hacía temblar más, el olor de sus feromonas y el tenue olor a sangre seguía invadiendome y nublando más mi mente dejándome llevar en esta adicción de caricias y gemidos.

Me estaba devorando en múltiples maneras y yo no estaba dispuesto a alejarlo.

El sonido del aleteo de las aves chocar contra un vidrio del otro lado de una ventana me despiertan, el canto de las aves me da tanta tranquilidad como aquel lugar cálido, tiene un tenue aroma a Dalia bastante llamativo y adictivo.

Mi cuerpo se siente pesado y débil, no logro abrir los ojos pues mis párpados pesan y después de un largo rato logro abrir mis ojos, el lugar está oscuro, las ventana que se encuentra al lado izquierdo de la cama está cubierta por una cortina color morado dejando así sin pasó a los rayos del sol…

La oscuridad recorre cada rincón pero eso no me evita notar que desconocía por completo este lugar extraño. Ese lugar no era mi habitación.

Estiré un poco mi cuerpo adormecido y uno de mis brazos chocó con algo o alguien que se encontraba a mi costado derecho, mi cuerpo se estremeció y se llenó de miedo. Con cansancio dejé caer mi rostro en esa dirección mirando.