Por experiencia

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Toda la casa está durmiendo. Excepto por Enzo y Clara. Julián y Emilia estuvieron afuera gran parte de la tarde y lo que va de la noche porque ella insistió en recorrer el pueblo. Nadie sabe cuándo van a regresar, pero la joven desea que el momento no se aproxime.

Clara, desde su cuarto, supone que el mejor amigo de su hermano todavía está despierto; son apenas las dos de la mañana. Cuando está a punto de levantarse para llegar al living, el teléfono suena. Clara duda en contestar, no quiere retrasar su actividad nocturna, sin embargo lo hace.

-¿Qué pasó?

- Clari, ¿estás viva?- pregunta Zoe, una de sus mejores amigas.

-No. Me agarraste justo en el tercer día, resucité. Me interrumpiste igual.

-¿Estabas concretando con Enzito?- dice Zoe en una risa. A Clara la incomoda que la molesten con Fernández. Se siente incorrecto.

-Una máquina de decir pelotudeces sos- hace una pausa, esperando que su amiga deje de reírse- Estaba por ir a preguntarle sobre lo que te dije.

-¿Todavía no le dijiste nada?- juzga, ahora seria.

-No, no se me dio el momento. ¿Por qué llamabas?

-Te quería preguntar eso. Anda a decirle ahora. Te espero. Chau- escupe su amiga, sin dejarle tiempo a Clara de responder y cortando la llamada.

Entonces mira su teléfono, encendido en el inicio de Whatsapp, y ve el chat de Enzo. Tal vez sería mejor preguntarle si está despierto, piensa Clara. Capaz está ocupado o quiere estar solo. Ella no puede ir a molestarlo cuando tiene ganas.
Abre la conversación, la última vez que se escribieron fue hace cinco horas. Entre la ausencia de Julián y la siesta rutinaria de Clara, Enzo tuvo que ofrecerse a hacer las compras. Cuando se despertó, encontró un mensaje que decía "querés algo?" Pero para ese entonces él ya estaba devuelta en la casa.
Los planes de Clara fenecieron en un solo segundo. Su última conexión había sido hace una hora y media, era seguro que estaba dormido. Pero esto era algo importante, ¿y si lo despertaba? No, va a escribirle.
Ella tipea un "estás despierto?" y lo envía. Pasa un minuto hasta que la respuesta de Enzo llega."Sí venite" dice él. Entonces Clara le agradece a Dios, se levanta de la cama y se convierte en la caradura más grande del siglo. Camina, abre y cierra puertas con cuidado para no despertar a su familia, y cuando llega lo ve acostado en el sillón, buscándola con la mirada.

-Con lo cómoda que es tu cama. No sé qué tenés con este sillón- susurra, viéndola llegar y sentarse en el espacio que él le deja a su lado.

-¿Qué mirás hoy?- Clara gira la cabeza hacia el televisor y Enzo la imita. La repetición del Barcelona vs Eibar es la única fuente de iluminación de la sala.

Clara vuelve a mirarlo a él. Parece cansado, aburrido.

-Te robaron a tu amigo- su voz sale en una mezcla de pena y burla.

-Ya me acostumbré- tratando de fingir lástima, hace un puchero que se disuelve con una risa- ¿Qué necesitás?

-¿No puedo venir acá porque quiero charlar con vos?- remata Clara, intentando disimular el obvio interés en su objetivo puntual.

-Me tratás como si no te conociera desde que eras una nena- Enzo inclina la cabeza, con una sonrisa de costado, invitándola a hablar- ¿Qué me querés decir?

-Necesito...un favor- dice, aunque suena más como una pregunta que como un pedido.

-¿Ah si? ¿Qué necesitás?- Enzo sonríe, provocándola. Como si fuese a retrucarle el favor más tarde.

Nena Boba- Enzo FernándezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora