✨2.6✨

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Cerró su paraguas y entró al restaurante ocultando su cabello y la mitad de su rostro. Buscó con la mirada al chico que le había invitado, encontrándolo en una mesa alejada de todos mientras bebía un americano y le sonreía de forma juguetona.
Se acercó de inmediato robandose algunas miradas curiosas de las personas adineradas que estaban allí, miradas que claramente lo ponían nervioso.
Se sentó frente al hombre y bajo su tapabocas para dejar ver su rostro cambiado, mucho más bello que hace dos años.

ー¿Que es lo que deseas tomar? ¿Café o té? --. Sonríe coqueto desabrochando sin disimulo su camisa negra.

ーNo soy tonto ¿Crees que no se de quién es este sitio? --. Se acercó un poco y susurró. --. ¿Para que me buscaste?

Rió divertido y se acercó de igual forma, sintiendo la respiración ajena chocar con la suya. El perfume dulce entrando por sus fosas nasales, extremadamente exquisito. Se preguntaba cómo alguien era capaz de dejar ir semejante obra de arte, capaz de no amar a un ángel en persona.
La sonrisa del otro y sus ojos quietos, pero retadores, sin duda era demasiado sexy esta nueva versión ¿A donde se había ido el chico adorable que vio la última vez? Ambos tenían muchas cosas en común, pues habían cambiado su vida, convirtiéndose en personas completamente diferentes a lo que solían ser antes.

ーUsted podría hacer arder el mundo si quisiera. Con esta belleza que usted posee... --. Acarició la mejilla ajena. El contrario negó. --. Yo sé toda la verdad y me arrepiento de no decir nada en su momento, nos hubiéramos ahorrado tanto drama.

ーAunque dijeras algo los Park jamás te creerían, hubieras puesto tu trabajo en riesgo por mí. --. Se encogió de hombros.

ーMe imagino que usted ya supero al joven Park ¿No es así? --. Suspiró. Mirando por la ventana a las personas pasar. Yeosang miró las facciones del rostro ajeno. --. Me preguntó que fue de usted durante estos dos años.

El Omega se acomodó en su silla y miró por la ventana con algo de pereza, acercándose a Mingi. Decir que todo había terminado luego de firmar ese asqueroso divorcio, sería mentir, porque no fue así. Su imagen quedo manchada para esa sociedad, los paparazzis se encargaron de hundirlo más sin cansancio. Lo que supuestamente había hecho era inmoral, un desvergonzado y omega ambicioso que solo vivía por el dinero. Fue fuertemente criticado a tal punto de afectarle mentalmente. Por suerte contaba con la ayuda de sus amigos y de dos personitas más que entraron a su círculo de una manera tan especial.

Por un tiempo vivió en las calles, buscando esconderse de todos y si no fuera por Jongho, el no estaría allí. El Omega le ofreció a él y a sus amigos un sitio donde vivir. Un Yunho diferente a lo que había oído le dio un puesto en su empresa. Pues la pareja había ido a terapia para arreglar su relación, siendo ahora muy felizmente casados e inseparables.
También fue a terapia y fue complicado saber el resultado de todo el mal que había pasado. Poco a poco comenzó a mejorarse, a reconstruir su vida. Logró culminar sus estudios con éxito y se convirtió en un maestro de una escuela primaria. Era otra persona, una persona que nadie podía destruir nuevamente.

ーEs usted una persona muy perseverante. --. Mingi sonrió.

ーNo me trates de usted, dime Yeosang. --. Golpeó suavemente el hombro ajeno y sonrió. --. Ahora cuéntame de ti.

ーNo hay mucho que decir de mi. --. Rió. --. Solo me hice un cambio de look y además, logré ascender de puesto. Soy el gerente del área de ventas y negocios... Como siempre, haciendo el trabajo sucio.

ーEntonces sigues trabajando para los Park... Sigues trabajando bajo sus órdenes. --. Dijo con molestía y Mingi asintió con la misma molestía. --. Si antes lo eras, ahora eres mucho más bello.

Marry | Seongsang Donde viven las historias. Descúbrelo ahora