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Bajo la chismosa mirada de sorpresa de sus vecinos que, con envidia y otros curiosos, volvían a verlo por el barrio, entro a su viejo hogar con ganas de destruir cada cosa valorizada.
La casa donde creció no era la misma, todo era totalmente diferente desde el jardín con piscina hasta el auto lujoso en la cochera. Todo lo viejo que Jaesang había conseguido con su trabajo estaba en la basura, incluido los juguetes de Yeosang. No tenía dudas que todo era comprado con dinero de la familia Park. Tocó la puerta con insistencia, gritando el nombre de Yeobin como un loco.
Los cuchicheos de la gente no se hizo esperar, aguantando en ese lugar por un poco de información.

ー¿Yeosang, hijo? --. Jaesang abrió la puerta con confusión. --. ¿Que haces aquí?

Hizo aún lado a su papá y entró a la casa buscando con la mirada al Omega. Sintió su aroma y no dudó ir tras él.
Subiendo las escaleras su brazo fue tomado por Jaesang, quien buscaba una explicación de su hijo por la manera tan brusca de llegar a la casa.
Yeosang pudo notar sus enormes bolsas debajo de sus ojos cansados, la palidez de su piel haciéndose más intenso, sin una pizca de felicidad encima y oh, le había dolido tanto verlo de esa manera.

ーMe duele tanto verte así papá y lamento tanto lo que tienes que escuchar. No me detendré, no le voy a tener piedad a ese hombre.

ーEse hombre es tu padre, el Omega que te dió a luz ¿Por que no solo le ignoras? Apesar de todo lo que ha hecho, merece que le respetes.

ーDime qué no estás diciendo eso de verdad. --. Soltó su brazo con brusquedad y subió las escaleras.

Jaesang estaba más que destruido por Yeobin y aún así seguía allí aunque esté no supiera de su existencia en esa vacía casa. Yeobin quería destruirlo todo, el amor a veces es tan ciego, tan masoquista.
Sin pensarlo dos veces entro a la habitación de ese omega, encontrándolo acostado en la cama comiendo uvas como un jodido sultán.
Yeobin al verlo sonrió cínico y se sentó en la cama extendiendo sus brazos para darle la bienvenida e invitándolo a darle un abrazo.
Yeosang se acercó de inmediato con los puños cerrados, borrando de esa cara pálida esa sonrisa con una bofetada. 

ーVoy a hacer que tu vida se haga pedazos si vuelves a tocarle un pelo a Wooyoung y a San.--. señalo, con enojo en su rostro. --. Pedirte que nos dejes en paz sería  una pérdida de tiempo... Eres un desquiciado Yeobin.

ー¿Amenazando? Oh querido hijo, tú nivel de inutilidad es de demasiado elevado para intentar hacer algo contra mi. --. Se acercó a su oído y se atrevió a colocar una mano sobre su abdomen. --. Yo que tú estaría asustado Yeosang.

ーEstás enfermo. --. Rió y negó sin poder creerlo. Se alejó asqueado. --. No vas a lograr manipular a nadie con esa idea que tienes. Inténtalo con algo más real y deja de alucinar.

Yeosang no podía despreciarlo más. Pero de pronto el aroma a un alfa vino a su nariz, proveniente de una camisa negra tirada en el cesto de ropa sucia. No dudó en tomarla bajo la mirada de ese Omega. Sin duda, esa camisa no era de Jaesang, era de alguien más, de otro alfa. El intento de esconderla fue un fiasco. Sintió que le faltaba el aire cuando vió esa hoja de papel que confirmaba una acción inesperada dentro de esa camisa. Se quedo pasmado. Yeobin inmediatamente le arrancó de la mano esa hoja con un gruñido. Debía ser una jodida broma.

ー¡Sorpresa! --. Rió. --. Si no fuera por el inservible de tu padre que me tiene atado, podría haberme casado con un alfa millonario. Pero a pesar de todo, nunca deje de divertirme. Y fíjate que tú hermano tuvo suerte, porque a ti te hubiera tocado el mismo destino, pero ya estás aquí siendo una vergüenza.

ーMi padre debe estar lo más lejos posible de ti... No lo mereces ¡Eres un maldito monstruo!

Salió de esa habitación, notando a Jaesang en la puerta totalmente destruido. Obviamente le ofreció traerlo a vivir a la mansión, pero este lo rechazó de la forma más grosera posible dándole una bofetada. Mirándole con enojo ¿Era posible que un alfa prefiriera estar con un omega que no lo ama y que con su hijo? Le había dolido tanto escuchar que Jaesang lo odiaba, culpandolo de arruinar todo su matrimonio con Yeobin.

Marry | Seongsang Donde viven las historias. Descúbrelo ahora