✨Epílogo ✨

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Miró la casa con suma atención, sus colores terracotas, todo en perfecto orden y con un bonito aroma, el ejemplo de un hogar. Las fotos en el estante de madera narraban los acontecimientos ocurridos durante aquellos años. Fotos donde no aparecía en ninguna parte. Tomó una en especial en sus manos, admirando la belleza de la misma, sintiéndose muy triste por no estar allí. Había pasado mucho tiempo. Fueron sus errores que alejaron de lo que realmente tenía, el amor. Durante quince años espero por verlo pero Yeosang nunca lo fue a visitar, ni siquiera estuvo el día de su salida y eso le destruyó su corazón.

ー¿Sabe cambiar pañales? --. Se tensó inmediatamente al escuchar una voz detrás de él. --. Mi mamá me dejó a cargo pero ya sabe... no tengo la menor idea de cómo hacerlo.

ーOh, claro. --. Se dió vuelta. Notando a un chico de aproximadamente diecisiete años.

El chico lo llevó hasta una habitación color amarilla, llena de peluches y una cuna, donde un bebé se movía incómodo con su pañal sucio. Se asombró al verlo,  tan bonito, tan pequeño. Tomó al bebé con delicadeza para posicionarlo sobre el cambiador. Comenzó a cambiarle el pañal al bebé recordando la última vez que hizo aquella acción, fue hace tanto tiempo que revivir aquello le abría una herida en el corazón. Fue imposible no llorar. Recordó cuando su bebé lloraba desconsoladamente pidiendo sus brazos, la forma tan ruda en que lo trato:

ー¡Basta, ya cállate maldita sea, cállate! --. Tomó al bebé y lo sacudió, provocan que el llanto del bebé aumentara.

ー¡¿Que estás haciendo?! --. Jaesang le quitó al bebé de las manos, protegiéndolo. --. ¿Como puedes decirle a eso a tu propio hijo? ¿Que clase de Omega eres?

Abrazó al bebé como si fuera el suyo, como si fuera Yeosang ¿Como pudo pensar que su bebé era un monstruo por quitarle la libertad? ¿Como pudo responsabilizar a un bebé? Era solo un bebé que lo necesitaba, que lloraba por un poco de sus brazos. Fue su falta de responsabilidad que lo llevó a darle a Yeosang mucha infelicidad, lo mantuvo lejos  mucho tiempo, al cuidado de un alfa que solo le dedicaba mirabas llenas de tristeza y enojo. Deseaba volver al pasado y mecer a su bebito, calmar su llanto, decirle que lo perdonará y que lo cuidaría todo el tiempo.

ーOiga no llore. --. El chico se preocupó. --. Se que Wonbin emociona, mamá no la tuvo fácil desde el inicio y es un milagro su nacimiento.

ー¿Mamá? --. Preguntó confundido. Aquel muchacho no tenía ningún parecido con la pareja como Wonbin.

ーOh sí, mi mamá es Yeosang. Le digo así desde que era pequeño. --. Sonrió. Mirando a su hermanito ya cambiado. Pero sintió la mirada ajena sobre el y suspiró. --. Soy adoptado.

Yeobin asintió con una sonrisa, entendiendo que aquel muchacho se había encargado de llenar el vacío de la pareja al no poder tener hijos. Park Hyunwoo, adoptado con tres años de edad por los Park. Sus recuerdos del primer día que tocó la casa son borrosos. Para los Park fue al principio difícil cuidarlo y sacarlo de ese bucle, era un niño que extrañaba mucho a su madre biológica y había visto como ella moría, para ser un niño tan pequeño su comportamiento era misterioso y intrigante. Pero al ir al psiquiatra y el amor de toda su familia le ayudaron mucho desde entonces. Fue el único hasta que llegó Wonbin.

Oh, ese bebé fue toda una sorpresa. Muchas veces lo intentaron pero nada paso, aquello entristecía a Yeosang mientras estaba en los treinta años, hasta que dejaron de hacerlo cuando cumplieron los cuarenta, pues ya era demasiado tarde, pensando que no estaban en edad, resignados, aceptando la realidad. No fue hasta los cuarenta y cinco que el Omega empezó a sentirse mareado, vomitando todo lo que podía, sin poder comer durante casi un mes. La pareja entró en pánico al pensar que podía tratarse de una recaída, pero al llegar al hospital y hacerse varios exámenes esa idea fue descartada.

Marry | Seongsang Donde viven las historias. Descúbrelo ahora