TRATO O NO

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—¿Qué escondes?
—Algo que tú no puedes ver y que solo yo te puedo mostrar.

CAPITULO 7: TRATO O NO

Me despierto por qué oigo una voz que me llama, no presto atención por unos minutos, sé que me sedaron para poder traerme a donde sea que este.

—Diabla, Diabla despierta.

No abro los ojos, un dulce olor está  inundando el ambiente. La voz que sigue diciendo mi nombre cada vez es más gruesa y varonil.

—Sé que estás despierta.

Ese timbre y la manera en cómo se dirige a mí, sé a quién pertenece.

—¿Qué hago aquí?, ¿no me dijiste que no te importa lo que  pasara con el burdel? —Cruzo los brazos en mi pecho.

Escucho su risa, esa que me hace sentir miles de cosas cada vez que ríe. ¿No sé qué me pasa?, en serio.

—No me importa lo que pase con el burdel, pero contigo si, por eso estás aquí.

Su respuesta me sorprende. Pero no quiero pertenecer a nadie, solo quiero ser MÍA.

—Una cárcel sigue siendo una cárcel aunque la pintes de rosa. —Me muevo un poco inquieta y agrego—. No importa lo que hagas no seré tuya. —Escucho como se ríe brevemente, cuando siento presión en mi barbilla y su mentolado aliento cerca de mis labios.

—Ya eres mía, te compré en ese burdel. Llenaré tu mente de tal manera que seré en lo único que pienses; toda tú me creerá un Dios y me venerará como tal. —Su voz gruesa y sexy me estremece—. Y cuando pregunte: ¿Cómo se venera a un Dios?

Quedé sin palabras y con un nudo en la garganta que me impedía responder a la sarcástica pregunta, cuando de la nada el mismo responde a ésta.

—De rodillas.

Mi mente se queda en blanco unos minutos, siendo interrumpida por su voz nuevamente.
—Pero te propongo un trato. ¿Quieres saber de qué se trata?

Levanto una mano, la muevo de un lado a otro dándole  la  señal para que prosiga.

—Voy hacer siete juegos, si ganas la mayoría podrás irte, pero si pierdes tendrás que quedarte, todos serán  diferente y cada vez que pierdas ceras castigada.

No sé qué responderle, ¿por qué me propone esto cuando ha pagado una fortuna por mí?, esto contradice lo que me ha dicho cuando le dije que no sería suya. No tengo muchas opciones.

—Acepto —dirijo  mis manos a mi cara y la cubro con ellas.

—Bien, por hoy solo descansa, puedes salir del cuarto he ir a la cocina por algo de comer. Allí se encuentra el mayordomo solo dile que tienes hambre y el ordenará lo que desees.

Escucho pasos alejándose junto al sonido de cómo se cierra y abre una puerta. No puedo creer que por fin esté fuera del maldito burdel. No tendré que ver más a Max ni a nadie de allí, nunca creí que podría salir sin matar a nadie. Tengo que vengarme y lo necesito a él. Su juego empieza. El mío también. Ya veremos quién termina ganando este juego por la vida. Me levanto, tropiezo con todo a mi paso, en este cuarto hay muchas cosas innecesarias. Cuando llego a la puerta busco como abrirla, deslizó mi mano por esta y encuentro el picaporte, lo tomo y abro. Salgo caminando,  ni si quiera sé a dónde me dirijo, pero a algún lugar llegaré. Llevo un tiempo caminando,  mi mano no se ha despegado de la pared ni un solo segundo.

—¿Señorita qué desea?

Al escuchar esa vos me sorprendio y quedo paralizada.

—¿Quién eres? —Decido retroceder un poco por precaución.

—Soy el mayordomo del señor. ¿Que desea?

Dirijo mi cara a donde se escucha el sonido de la repuesta.

—Solo quiero comer algo, tengo mucha hambre.

Unos pasos se acercan a mí y me toman de la mano.

—La ayudaré a llegar a la mesa.

Yo solo asiento con la cabeza, no quiero parecer descortés. En minutos percibo como un plato es puesto en la mesa, como toman mi mano para depositar la cuchara y en la otro una pequeña hoja.

—¿Qué es esto? —pregunto.

—Solo es una nota que le ha dejado el señor. Me ordeno que le comunique que él sabe que no puede ver, la nota se la leeré yo.

Alzo mi mano y extiendo la nota para que la tomé, este se aclara la garganta y comienza.

—“Descansa, mañana comenzará el primer juego. Espero no pienses que te lo pondré fácil. La libertad se gana con sudor, lágrimas y sangre”. 

Después de escuchar lo que dice la nota, tomo la cuchara y me dispongo a comer.

—Bueno señorita, cuando acabe de comer la llevaré a su habitación.

Yo solo pienso en una cosa, ¿cómo haré para poner de mi lado al Ruso? Tengo que ganar sí o sí. Hare lo que sean necesario para triunfar, hasta vendería mi alma al Diablo. Como el mismo dijo: “la libertad se gana con sudor, lágrimas y sangre”. Ese es el costo de querer algo con todo tu ser, daría todo por ello.

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Holaaa, si se que he quedado mal, pero ya está aquí el CAP y el lunes tendré otro preparado con muchas cosas nuevas. Espero y no esté muy aburrido 😅 .

Las réplicas del amor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora