capitulo 9 Humanidad?

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Veo como su pequeño cuerpo no para de temblar. Noto las gotas de sangre se resbalan por su rostro empapando cada parte de su cuerpo. Sus ojos están más bellos que antes, deprendiendo un brillo especial que conozco muy bien. Esos labios rojos carmín tan malditamente seductores me tientan a besarlos y ¡si! Lo reconozco no soy de retener mis impulsos. Cuando me doy cuenta, ya estoy envolviendo su cadera con mis manos estampandola contra mi, empapándome de sangre. La cara de asombro que obtengo de ella no me sorprende en absoluto se que no se lo esperaba. Mi mano toma con fuerza su mentón, guiando sus labios directo a los míos, decesos por devorarlos. Su respiración se acelera y su corazón se agita, sus manos desesperadas agarran mi camisa quedándose quietas ahí. Profundizo el beso escuchándola suspirar. Sonriendo me detengo, está cayendo cada vez más en mi red.

-Muy bien, ganaste está prueba. Mi mano acaricia su cabello.- y mis ojos siguen mirando directamente su para, percatándose de como se sierran ante mi leve caricia.

Sus ojos se abren, y se aleja seaparandose de mi tacto, llevado sus manos a su cabeza y sonríe irónicamente.

-Ganar y perder, eso hice hoy. -sus delicadas manos están cerradas en puños que tiemblan al hacerles tanta presión.
Se a lo que se refiere pero decido hacerme el tonto.

-¿A que te refieres Diabla?-pregunto deceoso por escuchar una de sus singulares respuestas.

-Gane el primer juego, pero perdí mi humanidad. Soy un monstruo-. Arrastra esa última palabra como si le quemara el pronunciar cada letra.
Vuelvo a reír pero una pregunta de ella me detiene.

-Tras una sonrisa hay mil demonios, ¿ Cuántos hay escondidos en la tuya?- rígida en su lugar, su pecho baja y sube a un precioso ritmo.

-Muchos, querida Hasley., Muchos.-metiendo las manos en mi pantalón me giro dispuesto a llamar al mayordomo.
-¡McEown!-alzo un poco la voz y en pocos segundos este se encuentra a pocos metros de mi.

-Llevala a su cuarto, puede hacer lo que le plazca hasta el próximo juego-La miro y agrego-Puede ir donde quiera mientras sea dentro de la mansión, se lo ha ganado.-Vuelvo a girar y salgo de allí.

Camino por los pasillos directo a mi habitación a ducharme. Tomo el picaporte de la puerta y me adentro a esta sin ni siquiera prestar atención a mi alrededor. Tomo una ducha rápido sin sacar de mi cabeza como dominar el próximo juego. Aunque no me sorprendió en absoluto que matar fuera fácil para ella. Ya que siempre llega el momento en que tus propios demonios te piden un infierno más grande y su pequeña cabeza tiene muchos aunque los esconda muy bien.

Yo voy a descubrir hasta donde ella está dispuesta a llegar por su libertad . Me acuesto, dispuesto a dormir un poco, pero unas inmensas ganas de tocar el piano me lo impiden, así que decido ir directo a este. Aunque se encuentre en el lado sur de la mansión. Camino sin prisa. Ya estando en la sala de música tomo asiento.

Mis manos el en teclas se mueven por si solas, siempre fue la misma pieza. La última que madre tocó antes de morir.
10 in F minor.
. Mi cuerpo se tensa al percatarme de la presencia de alguien en el interior de la habitación. Casi al punto de detener la melodía veo a Hasley delicadamente danzando al ritmo de la músida sus poses o giros de su cuerpo es como ver un ángel danzando en el cielo. En ese mismo instante me la imagino atada y sin poder moverse tal como me gustaría o bueno como la tendré pronto. Sonrió al ver que la pieza de piano está al acabar y no la veré otras vez hasta que la llame para el próximo encuentro. Porqué en el segundo encuentro ganare no cabe duda. Ya es invierno, por esa habitación estará muy caliente.

Hasley POV'S.
Regresé a mi habitación después de que la canción de piano terminará. El mayordomo me dijo que en esa sala tiene un reproductor de música por eso puede escuchar esa pieza tan bella, me hizo recordar muchas cosas. Voy poco a poco, tocando las paredes en cada curva para saber si voy en la dirección correcta, a mi habitación. Puedo hasta recordar cuantos pasos he dado y estos segura que me faltan solo diez para llegar a mi puerta. Sigo caminado y topó con mi habitación tomo el picaporte de esta y me adentro en este directo a mi cama. Cuando estoy por dormirme tocan mi puerta. Me levanto en esa dirección y la abro.

-Esto es para usted.-se escucha la vos calmada del mayordomo.
Estiendo mis manos para que esté coloque lo que sea que me halla traído. Lo deposita con cuidado en mis manos y al palparlo un poco me doy cuenta de que es una caja mediana, un poco pesada.

-muchas gracias.-le sonrrio en señal de gratitud.

-No solo eso, esta nota también es suya y el amo me ha dicho que le pregunté si la han enseñado a leer después de quedarse ciega.

-No, no tuve tiempo para eso.-respondo un poco desanimada.
-No se preocupe, yo se la leeré.-me dice dulcemente.

-Gracias.-le digo apretando un poco la caja con mis manos.

El mayordomo se aclara la voz y empieza a leerme la nota, sin esperar un minuto más.

-Este es un regalo premiar te por ganar el primer encuentro, espero que no pienses que te los voy a dejar todos igual de fácil que este. Bueno este juego se está volviendo cada vez más interesante y sumamente divertido, no ¿Crees?.-el silencio después de esa palabra me da ha entender que la nota a terminado.

-Hasta mañana señorita, espero que tenga una excelente noche.-se despide de mi.

Siento como sus pasos de alejan y cierro nuevamente. Sin esperar más, me dirijo a mi cama sentándome en ella, rasgo el papel de la envoltura de la caja y la destapó curiosa por lo que debe estar en su interior. Solo encuentro dos cosas al tocar con curiosidad, por su forma es una cajita cuadrada con un especie de botón y lo otro me recuerda donde guardaba los restos de mis padres. Pero no puede ser eso. Optó por tomar lo más pequeño y oprimo el interruptor que tiene. Me asombró al escuchar la voz que proviene del pequeño artefacto cuadrado.

-Hola Diabla, este es mi regalo por ganar este primer juego. En unos de los encuentro que tuvimos en el bar te dije que, me divertía ver cómo cambiaba las convicciones de las personas a lo que yo creo.-esa espesa tonada, como pronuncia cada palabra la conocía demasiado bien.-Mi regalo para ti son las cenizas de tus padres, se que, no te lo creerás pero las compré a un buen precio y tú te las has ganado. ¡Nos vemos pronto Diabla!

Y así sin más de despide de mi, dejándome aturdida, emocionada y triste. Los restos de mis padres, jamás pensé que los volvería a tener entre mis manos. Los aprieto contra mí y unas miserables lágrimas no deseadas corren por mis mejillas empapando cada parte de mi cara. Sin ánimos me levanto de mi cama me dirijo a la mesita de noche que tengo a unos pasos, dejando en ella las dos cosas que obtuve hoy. Mis pasos son lentos, pero decididos a llegar a mi gran salvación de hoy, mi lecho. Donde me invaden unas inmensas ganas de llorar y ¡Maldita sea esto se está volviendo en mi contra! No sé cómo va ha terminar este juego, ya no estoy segura de nada. Desde que me beso después de haber matado ese hombre siento algo muy extraño en mi pecho que me oprime, sacando de mi, cosas que ni yo misma conozco.

Las réplicas del amor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora