capitulo cuatro

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Miércoles 23 de noviembre
Doha, Qatar
15:30 pm

—Dale Enzo, rescatate —le digo. —La loca esa esta con varios mientras a vos te jura amor eterno, anda a saber si no se lo dice a los otros también.

— Si, no se, que se yo, me caía re bien y me llamaba mucho la atención. Che igual no me importa que me jure amor eterno, ni nada de eso, yo quería que sea un garche fijo. —me dice mientras come unas papas fritas.

— Si tenes un par, ¿para que querés otra?.

—Para aumentar el rancho — me dice sonriendo mientras me guiña un ojo. Será estúpido.

— Claa, lo único que te interesa a vos es tener más ganado. ¿Porque no me extraña?.

Más gato no podía salir este.

— Y bueno morocha, estoy soltero y hago lo que quiero — se encoje de hombros.

Me rio mientras sigo comiendo unos chisitos.

Con Enzo no nos movimos de la cama desde que nos bañamos, yo sigo con la ropa interior que me puse y el con el bóxer — a pesar de todo, habia confianzaentre ambos —. Estuvimos un rato en nuestro mundo con nuestros teléfonos hasta que nos aburrimos y agarre unas papas con unos chisitos que tenia guardadas y empezamos hablar de cosas sin sentido.

Rara vez sucedía esto cuando estábamos solos.

— Claro, como yo. En cualquier momento también aumento el rancho — digo jodiendo.

— Ah, mira vos. — se hace el otro y agarra su celular, le rr pintaba.

Seguí comiendo las papitas mientras lo miraba, era lindo el wacho, pero un estúpido. Siempre buscándome para pelearme, contradiciendo godo lo que digo o hago, queriendo superarme en todo. Claramente se la devolvía, no me iba a dejar pisotear por este papanatas.

Odie el día que nos conocimos, y los siguientes días que mi hermano me llevo obligada. Marcos tenía una obsesión con llevarme a la casa de Enzo, era algo bastante loco, pero siempre que le preguntaba se hacia el loco.

Me acuerdo cuando salía con una chica, una samanta o Sandra, no me acuerdo bien el nombre, tampoco me interesa, era una estupida. Susan siempre buscaba hacerme menos, me denigraban y Enzo no hacía nada por defenderme, y mi hermano no se metía, le había dicho que no se meta después de la primera vez que cuando sabrina me cansara, le iba a estampar los dientes contra el piso, y dicho y hecho paso. Se tuvo que hacer unos dientes postizos me acuerdo.

Era el cumpleaños de Enzo, cumplía quince, toda una princesa. Yo no estaba invitada a su cumpleaños pero mi hermano me llevo igual y, desde el momento que entre por aquel cuarto Salome empezó a mirarme mal, se la deje pasar. Una hora después había decidido ir a buscar algo para tomar, me había cansado del fernet, de la cerveza, del vodka, y sabía que en la cocina había Sky.

Enzo estaba en la suya, disfrutando, al igual que mi hermano y sus amigos, sofia estaba sentada tomando, aburrida, tampoco me importaba. Me acuerdo que me levante y fui a prestarme él trago en una botella cortada que había preparado antes. Cuando salí al pateo selene me mira y me viene a encarar, me había empezado a bordear con cualquier boludes, yo la ignoraba, hasta que me agarra del brazo y me da vuelta cuando pase por su lado.

Vi todo negro.

Me había clavado las uñas y me había dado una cachetada, los chicos no vieron eso, pero las cámaras del patio si. Ka miró y ka agarra de los pelos, le metí dos piñas a puño cerrado en la cara, uno por la ceja, que se la partí, y otro en la boca, que también se la partí. Pero nada termino ahí, todo empezó ahí. La tire al piso y me subí en ella, empecé a repartir piñas a puño a vierto, con la palma junta, separada, con un dedo, con dos, con una piedra chica, una más grande, la agarre de la cabeza y la empuje contra el piso.

Te odio hoy y siempre | ᵉⁿᶻᵒ ᶠᵉʳⁿᵃⁿᵈᵉᶻDonde viven las historias. Descúbrelo ahora