Catorce

41 8 2
                                    

Haerin tal como se lo propuso citó a la periodista principal de una de las cadenas televisivas más poderosas del país, Choi Jihan a una cena.

Para la periodista fue toda una hazaña que Haerin haya requerido de su presencia sabiendo que era conocida por ser una mujer por demás privada, caso contrario a su esposo, que todo el tiempo se veía envuelto en escándalos.

Pero Haerin tenía que comenzar a jugar todas las cartas puestas sobre la mesa como un método de supervivencia e incrementar las posibilidades de recuperar a sus hijos.

—Cuando me llamó no creí que fuera usted. Pero mi asistente estaba muy segura de quien estaba al otro lado del teléfono.

—Mi particular comentó lo interesada que estaba por concomerme, así que decidí descubrir de quien se trataba, nunca imaginé que la periodista estelar de TNW pidiera audiencia, el honor debe ser mío.

—En realidad el honor es mío. Usted es un símbolo muy importante para las empresarias en estos días. Posee muchas cualidades que merecen ser reconocidas, aunque a veces otros se empeñan en resaltar aspectos desfavorables.

—Es común, soy una persona que está expuesta todo el tiempo al ojo público, es normal que se hagan ideas preconcebidas. A raíz de mi candidatura a la presidencia de Maden Motors, mucho se ha dicho de mi.

—Sobre todo de los escándalos de su esposo.

Haerin sonrió con fascinación, porque sin darle tantas vueltas habían tocado el punto clave del encuentro.

[••••]

—Preciosa, te importaría si me acerco a tu cuñada.

Haerin terminó aquello que la mantenía más que deleitada; montar a Min Yoongi, que en realidad era uno de sus hobbies favoritos los fines de semana por si le preguntabas.

De repente, ambos cuerpos sudorosos terminaron de ocuparse de sus propias satisfacciones personales por la tan deshonesta declaración del pálido.

—Igual seguiré creyendo que eres la criatura más hermosa que mis ojos hayan visto.

Haerin parpadeó un par de veces asombrada por el descaro irreparable que era Min Yoongi en persona, pues, mientras tenían un encuentro demasiado acalorado, los pensamientos del hombre en realidad estaban maquinando todo tipo de movimientos perversos sin dejar de observar la gloriosa vista que tenía por delante.

Yoongi siempre era claro con lo que quería, aunque muchas veces lo tomaran como un tipo excesivamente mimado por haber heredado la absurda fortuna de su padre a muy temprana edad.

—Me importa poco lo que pienses de mi.—Haerin dijo clara.—Puedes infligir daño en Taehyung con su esposa si quieres, pero hacerlo, indirectamente estarías afectando a Gain, entonces, me importa.

Yoongi se echó a reír tan pronto como escuchó a Haerin. Por un momento sintió que la chica le estaba tomando el pelo, pero el rostro de Haerin no emitía ninguna emoción que dijera lo contrario.

—¿Te has escuchado?

—Efectivamente sé lo que dije.

Unas cuantas palabras vacías bastaron para que Yoongi se dijera así mismo que esa chica nunca dejaría de ser su favorita, porque ambos eran tan similares, igual de cínicos y despreocupados por el prójimo.

—¿Te importa más una desconocida que tu propio hermano?

—Contigo no puedo fingir. Taehyung es un hijo de puta y el causante de que mi vida sea un asco. Entonces, por qué debería importarme si quieres quitarle a su esposa, solo que Gain es una buena chica, me parece un poco injusto.

—Oye y no te cansas de fingir ser la hermana leal, a mi me tendría un poco jodido, igual solo es una opinión; soy hijo único así que no sé lo que se siente tener a tu propio hermano fastidiándome la vida.

—Taehyung me sonríe como si nunca hubiera hecho nada. Estamos a mano.

—Hasta que por fin te diste cuenta, creí que te tomaría más tiempo.

La clarividencia de Yoongi sobre el profundo tema entre los hermanos Kim le resultaba interesante y aunque tenía presente algunos cuantos detalles todavía quedaban demasiadas piezas sueltas que a medida que pasaba el tiempo iba conociendo.

Min Yoongi eran un amigo de casi toda la vida de los hermanos Kim y también debería ser considerado como el verdadero dolor de cabeza de Seokjin, pero era tan escurridizo que Jungkook y Namjoon terminaron erróneamente llevándose el titulo de amantes que no les correspondía.

La historia era sencilla. Si Haerin tenía un amante, no era Namjoon ni mucho menos Jungkook, porque Yoongi se llevaba los créditos desde secundaria.

Y si él la había amado por tanto tiempo, entonces ¿Por qué no estuvieron juntos desde el principio?

La respuesta era fácil, Haerin jamás sintió lo mismo por él. La verdad era cruda, pero Yoongi se aferró a sus sentimientos por Haerin como si su vida dependiera de ello, aunque demostrara que lo suyo era sólo corporal.

A pesar de que su orgullo haya sido herido el día en que Haerin anunció su matrimonio con Seokjin y aunque haya tratado por todos los medios desfilar a cientos de mujeres en la cara de Haerin e incluso insinuar su interés por la cuñada de ésta, los efectos en Haerin seguían siendo los mismos: nada.

Porque el corazón de la mujer estaba con Seokjin y siempre fue así.

Sin embargo, Haerin le tenía alta estima a Yoongi por muchas razones, unas que nadie más que ellos dos conocían. Y aunque, demostrara indiferencia por la existencia del chico, curiosamente Haerin sentía la necesidad de protegerlo ¿De quién? De Seokjin, porque de no hacerlo, entonces Yoongi terminaría pagando las consecuencias de los errores cometidos por ambos.

—¿Has pensando en lo que te propuse?

—Has dicho tantas cosas últimamente, refresca mi mente.

Haerin se alejó del hombre en busca de sus prendas para dejar lo más pronto posible el departamento de éste, por lo que era ajena a las atentas miradas de Yoongi.

—Decirle a Seokjin que los gemelos son míos. Podrías monopolizar a esos niños con un par de revelaciones y problema resuelto.

Haerin dio dos pasos cerca del hombre para alzar su barbilla y con fastidio respondió.

—Cariño, últimamente estás demasiado ansioso, te recomiendo unas vacaciones.—con sigilo acercó su caliente aliento a la altura del oído del masculino y advirtió.—Yo sé en qué momento le diré al mundo que Seokjin no puede ser padre, quién sabe, tal vez hoy, tal vez mañana o tal vez nunca. Y que no se te olvide que tu trabajo de hacerme madre terminó hace seis años, tú mismo lo aceptaste.

Sólo me preocupa que mis herederos no lleven mi apellido. Es todo.

Mis hijos no son objetos. Se lo he dicho a Seokjin y te digo lo mismo a ti.

The Good VillainDonde viven las historias. Descúbrelo ahora