Veintitrés

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Haerin miró la hora en el reloj de su muñeca izquierda, once treinta y cinco.

Era demasiado tarde para su gusto e ir a despertar a los gemelos, pero quedarse algunos segundos más en aquella casa le resultaba exasperante con Seokjin ahí.

Luego recordó que un hotel no sería lo adecuado para un par de niños, tampoco la casa de Yoongi, tendría que preocuparse más de la cuenta, mucho menos el hogar de su padre donde Sujin probablemente fastidiaría más que cualquier otra cosa.

Su último recurso era la persona que tenía conocimiento de cada detalle de su vida:

Jungkook

Y como si fuera una mala broma, su teléfono recibió una peculiar notificación.

—¿Por fin lo hiciste?

—Sí y necesito asilo.

[••••]

Jungkook no dudó en ofrecer su apoyo a la que consideraba su paciente más peculiar.

—Juro que mañana estaré comprando un nuevo lugar.

—No se supone que era tuyo ese departamento.

—Lo es. Pero el hecho de que Seokjin haya vivido ahí algunos días me incomoda demasiado.

Haerin accedió a quedarse esa noche con Jungkook, le había costado trasladarse literalmente con dos niños semi dormidos, pero finalmente tuvieron que despertar y emitir quejidos por la negligencia de la madre, misma que prometió compensarlo con un día libre de colegio.

Ambos adultos ahora se encontraban en la terraza de la casa de Jungkook. Era un sitio algo espacioso para una persona que solo vivía con su única hija. Pero no dejaba de parecerles acogedor.

—Te molesta si fumo un poco.—Haerin esperó por la afirmativa de su amigo, pero éste únicamente se limitó a sonreír descaradamente.

—Verdaderamente hay cosas que no dejarás por nada del mundo, incluyendo esta cosa del demonio.—señaló en cigarrillo.

—Dejé a Seokjin, puedo dejar el tabaco.

—Aún estoy un poco sorprendido de que haya accedido tan fácilmente, Seokjin no es un hombre con el que se pueda tratar sin obtener algo a cambio.

—Eso mismo estoy pensando, sé perfectamente que no da un paso en falso. Así que espero cualquier cosa que venga de él. Además, todo este asunto terminó con él sabiendo la verdad entre Yoongi y los gemelos y quien sabe que pueda pasar mañana.

—Te escucho demasiado serena para la pila de problemas que tienes cargando en la espalda. Si hay algo que te aflija puedes decírmelo y tratemos de encontrar respuestas.

—Me preocupa más los efectos que esto vaya a provocar en los niños, pero estoy dispuesta a todo si le llegan a tocar un pelo a cada uno.

—Boyoung tiene razón cuando dice que eres una súper mamá.—Jungkook rió avergonzado por el apodo que su hija le concedió a Haerin.

—¿Eso dice ella de mi?—en cambio, a Haerin logró sacarle un pequeño rubor en el rostro por él halago de la menor.

—Los gemelos y ella lo creen. Y yo también lo hago.

A la mañana siguiente, Taehyung llegó a casa de Jungkook totalmente preocupado por su familia, cuando Haerin lo vio entrar se sintió un poco desconcertada por el estado en el que había llegado, sudoroso y con la respiración agitada.

The Good VillainDonde viven las historias. Descúbrelo ahora