Quiebre

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Jungwon no superó a Sung Hoon. Aceptó que no tenía oportunidad con él y menos ahora que salía con ese lindo chico llamado Sunoo. Pero ciertamente, seguía pensándolo con la misma intensidad. Seguía queriéndolo, apoyándolo y conversando con él con la misma frecuencia. Así que decidió alejarse. Creyó que si se apartaba por completo de él podría olvidar sus sentimientos y luego regresar a como las cosas normalmente fluían cuando aún era estudiante de preparatoria, pero la presencia de Sung Hoon en sus pensamientos seguía estando ahí.

Recurrió a las relaciones fáciles, cortas, superficiales y únicamente sexuales para intentar olvidarlo con el placer que le provocaba el orgasmo estimulado por muchos otros chicos, pero ninguno cumplía sus expectativas. Inconscientemente, los comparaba, accidentalmente mencionaba nombres que no coincidían con el chico con quien follaba en ese momento, en contra de su voluntad recordaba el aroma de su amigo y la sensación de cosquilleos que le provocaba su tacto. Era imposible olvidarlo.

Sin siquiera notarlo, se fue creando una reputación entre sus compañeros universitarios, y no era precisamente favorable. Había pasado de ser un chico tierno, agradable y extrovertido, a un supuesto "fácil","promiscuo" y "frío" atractivo chico. Al menos no juzgaban de mala manera su físico, eso le subía el ego discretamente. Pero aun así, era una reputación que no quería que lo caracterizara, aunque no veía forma de deshacerse de esa imagen. Y el hecho de aún no superar a Sung Hoon lo hacía recurrir todavía más a esa desesperada opción.

Sin embargo, Jungwon se perdió tanto en esa extravagante forma de disfrutar, que con el transcurso de los meses ya no le importó su imagen. Había tomado una decisión. Había adaptado esa apariencia, o más bien se había refugiado en esa máscara que se encargaba de hundir sus sentimientos a un punto en que ya no le interesaba saber de ellos. No quería enamorarse otra vez. No quería sufrir. Se limitaría únicamente a disfrutar. Se había convencido de que estaba bien, de que no necesitaba ni le importaba amar o ser amado.








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Lavender EffectDonde viven las historias. Descúbrelo ahora