Él siempre cruza esa puerta.

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Pasarón alrededor de 20 minutos cuando el timbre anuncio la llegada de una rubia que se cubría la boca con una bufanda roja, llevando un abrigo azul y una falda roja que le llegaba a las rodillas, era una mujer hermosa, con elegancia y estilo que, si no la veías de rojo, la veías de verde, puesto que eran sus atuendos más comunes.

La madre de Bunny, el esposo de Kenny. Marjorine McCormick, pero todos le seguían diciendo Butters.

- Hola Tweek. -Me saludo la mujer con una hermosa sonrisa que le devolví.

-Hola Butters, ¿vienes por Bunny?

-Si, pero déjala jugar otro rato, se nota que se están divirtiendo. -La cafetería tenía un ventanal que daba a la vista a un área de juegos donde se podía ver todo lo que hacían los niños, esto les daba mucha confianza a todos para proteger a sus hijos.

-En ese caso ¿Quieres algo de tomar? -Vi como Marjorine se recargaba en la barra, cerca de la caja donde estaba y se sentaba en los banquitos que había instalado.

- Sí, un capuchino de vainilla si no es mucha molestia. – Asentí y le pedí a Tricia, quien era la encargada de los cafés, realizarlo a lo que la cual solo asintió sonriendo.

Nos quedamos un momento de silencio tranquilo, mientras seguía viendo la puerta.

- ¿Está en una misión verdad?

-Sí, ya sabes de esas de años que para él solo será un maldito mes. – Mi esposo, Craig Tucker era astronauta, habían luchado mucho para que Craig cumpliera su sueño y estaba feliz por él, llevaba tres viajes al espacio, pero este cuarto se me hacía eterno, aunque el segundo fue un año entero y este solo 5 meses, la verdad lo extrañaba mucho.

- ¿Por qué no se mudan a Washington? Sería más fácil vivir ahí. – Negue con la cabeza, cuando estuvimos en Denver sentíamos que no encajabamos, South Park, aun como era, era nuestro hogar y aunque intentamos adaptarnos,  nada era como en nuestro hogar de aqui.

-Es un pueblo extraño Butters. -Dije sin verlo, mirando a la puerta. -Los recuerdos te atrapan a este lugar.

-Sí, como la vez que se reconciliaron y él entró por esa misma puerta. - Sonreí, si como ese recuerdo.

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Desde que el maldito hechicero hizo a Cartman mujer, era la persona más chismosa de la ciudad, ningún secreto se le escapaba a la novia de Kyle Broflovski, por eso cuando la maldita le vino con el chisme de que su ex de cuando tenía 13 años (ahora 17) había terminado su relación de 3 años con Thomas, de verdad le había sorprendido.

"Justo igual a los 3 años que conmigo" pensaba ya que o era una coincidencia o de verdad Craig solo soportaba 3 años como pareja...Me reí en mis adentros, le contaría a Pete, mi novio sobre eso cuando lo viera, ya que hoy había tocada y no podía estar en la cafetería.

- ¡Tweek! / ¡Tweek! -Escuche una voz femenina y masculina al unísono, las reconoció al instante, no podían ser nada más ni nada menos que Clyde y Bebe.

- ¡Yo le quiero decir! – Chilló Bebe entrando hasta mi lado, seguida por Clyde que también se veía emocionado, inmediatamente esto me asustó,  no sonaba bien.

- ¡Esta bien, pero rápido si nos ve, nos va matar amor! -Decía Clyde estresado viendo la puerta.

- ¿¡Quién los va matar!?

-Tweek, escúchame bien cariño. – Esperaba con atención el llamado de mi mejor amiga, Bebe había creado la organización de rubias, éramos solo los rubios de South Park; Kenny, Pip, Butters, ella y yo quienes nos había hecho realmente unidos y nos apoyábamos en lo que fuera, después entro Thomas y eso hizo muy interesante el grupo.

Un viaje a la lunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora