Tuvimos fe

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Craig Tucker bajó de la camioneta, con un bastón, parecía dañado de la pierna, pero eso, a mi gusto, era lo que importaba menos en estos momentos puesto que venía con su traje oficial tipo militar, azul marino, con su gorra como soldado de honor.

Se veía jodidamente sexy.

- ¡PAPÁ! -El grito desgarrador de mi hijo nos trajo de vuelta, todo salieron corriendo a ver al hombre que estaba resucitando de los muertos, el cual al ver a su hijo correr hacía él, se dejó caer al suelo para estar mas a su altura y lo abrazo con fuerza, sollozando junto con Félix que no dejaba de llorar.

No escuchaba su conversación, me había quedado parado hasta atrás de todos, que se iba a acercando a él, el cual iban saludando, por lo que Craig cargó a su hijo y empezó, con esa hermosa sonrisa a saludar a todos.

- ¡Magnifico hijo de puta!, ¡No sabemos cómo te odio y te amo cabrón! -Dijo Clyde llorando en su hombro mientras Craig saludaba a Token quien solo le choco las palmas.

-Me duele el pecho Clyde, no me aplastes. -Fue lo que escuche desde mi lugar viendo como después Thomas fue corriendo a abrazarlos.

- ¡Verga!, ¡Estúpido!, ¡Hijo de puta! ... -De la emoción su síndrome de Tourette se había disparado y no podía decirle nada que no fueran groserías.

- Okay y de todo eso, que no es por culpa de tu síndrome amigo. -Río por como se puso rojo su ex novio y después sintió los brazos de Kenny que casi lo alzaban.

- Nunca pensé que diría esto, pero ¡me da muchísimo gusto verte maldito infeliz!

- ¡Ahhh! -Félix no pensó que Kenny tuviera tanta fuerza, pero se sentía feliz de estar en los brazos de su padre.

Después pude ver como por fin podíamos hacer contacto visual Craig y yo, el cual dejó de lado todo para acercarse a mí, bajando a Félix que también decidió darnos un momento para vernos.

No sabía si creer o no, no sabía si de verdad era real o un simple truco de mi mente, acerque mi mano temblorosa a su cara, acariciando su mejilla, sintiendo como él me agarraba mi mano, para que tocará sin miedo a que esto fuera un sueño, para que me cerciorará que todo esto era real.

-Craig. -Dije llorando, soltándome a llorar amargamente, mientras veía como este también derramaba algunas lagrimas de sus ojos, sin embargo, eran de felicidad, felicidad de saber que estábamos juntos, que estábamos unidos.

No necesitamos más, no me di ni cuenta cuanto tenía sus labios sobre los míos, con un sabor de desesperación por haber querido hacer eso por tantos meses, por tantos días que en los que sentía que jamás los iba a volver a probar, un beso lleno de adrenalina que solo podía seguir porque había pasado mis manos sobre su cuello cuando mis piernas decidieron flaquear y ahora era Craig quien cargaba el peso de ambos, sintiéndonos jodidamente amados en ese momento.

Era el momento más feliz de mi vida, sin duda alguna.

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Estábamos celebrando dos cosas, que los niños ganaron el campeonato de béisbol y que Craig estaba vivo, con nosotros.

-Debo preguntar o si no me volveré loco. -Dijo Stan mientras bebíamos en el circulo que habíamos hecho para platicar los adultos, los niños habían ido a jugar y yo no me despegaba de Craig, quien me tenía agarrado de la cintura de una mano y con su cerveza de la otra. - ¿¡Qué demonios pasó!?

Un viaje a la lunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora