No importa nada más.

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- ¡Son unos completos ganadores, como nosotros! -A Kyle lo único que lo hacía poder soportar los partidos era pensar que su hija le gustaba y que le gustaba verla ganar, que era una competencia y debía tomarlo como tal.

-judío, el sol va a freír el poco cerebro que tienes, vete con los góticos a la sombrita, anda. -Kyle volteó a ver furioso a su esposa que le estaba dando unas palmaditas sin siquiera verlo, sabía que si lo veía una pelea iba a empezar y ella, aunque quisiera, no podía controlar esa relación amor-odio que tenía, por gustó.

Si Cartman le dio el divorcio y el lo destrozó enfrente de ella diciendo que no la iba a dejar por ninguna circunstancia porque la amaba, así como lo era, entonces había perdido el derecho a quejarse.

-Le toca a Félix. -Mencionó Wendy que estaba de mi lado derecho junto a Stan.

-Si, espero que pueda, no estaba seguro de que jugará como bateador. -Dije nervioso, desde que entró a la cancha lo veía decaído y aunque he animado mucho más que en otras ocasiones, no veía que esto lo ayudará.

- ¿Por qué? -Pregunto Stan curioso, era mejor que escuchar a sus amigos pelear por si a Kyle le quedaban neuronas o no.

-Quien lo ayudaba a practicar como bateador era Craig.

Stan y Wendy se quedaron callados, sin saber que más decir, por lo que yo recordé la ultima vez que los había visto jugar, justo en estas fechas del año pasado.

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¿Si se estaban divirtiendo? Pues mínimo yo y al parecer Félix sí, Craig odiaba el beisbol, pero fue el mejor bateador de cuando éramos niños y no podía decirle que no a su único y preciado hijo.

-Tienes que sostenerlo fuerte Félix, si sudas mucho de las manos se te va resbalar, a ver, sécalas. -Decía mi novio serio mientras yo los veía desde las gradas.

Se estaba haciendo de noche, pero las canchas de beisbol era un lugar seguro donde muy habitualmente había gente practicando, como nosotros.

Son esos pequeños momentos los que mantiene a mi corazón en paz, lo que me hacen creer que no todo fue tan malo como creíamos, que la primera separación, el reencuentro, los problemas, las peleas, todo valía la pena por este momento.

Ver a mi esposo siendo astronauta y conviviendo con nuestro hijo, ver a mi hijo feliz, emocionado mientras practicaba su tiro, sabiendo que de todos los horribles finales que pudo tener por estar en aquel callejón, este ahora con nosotros siendo nuestra pequeña luz, resurgiendo y sobreviviendo como el ave del mismo nombre que él.

Una lágrima escapo de mi mejilla, no sabía porque, pero Craig al notarla se acercó a mí, dejando a Félix haciendo un ejercicio.

-Hey Honey, ¿estás bien? -Asentí con la cabeza sintiendo como sus dedos despejaban un poco el cabello que tenía en la cara, con una sonrisa que me transmitía confianza y paz.

-Quiero vivir toda mi vida en este momento. -Dije mientras él solo me miraba confundido.

- ¿De verdad? Ni siquiera estas jugando.

-No pero después de todo, estas aquí, te casaste conmigo, tenemos un hijo juntos y estamos bien, somos felices y quiero vivir aquí, siendo felices juntos los tres.

Craig me vio con amor y sonriendo, sabiendo que lo que yo sentía por él, él lo sentía por mí, que éramos destinados, almas gemelas que siempre merecían estar juntas, nos vimos y no pudimos parar ese sentimiento de besarnos ahora mismo, también no queríamos, queríamos saber que estábamos ahí, el uno para el otro, queríamos sentirnos felices, amados como solo nosotros dos nos hemos podido amar.

-Iugh, que asco. -La voz de mi hijo nos sacó de nuestro trance, haciéndome reír y acercándome a él, dándole un sonoro beso en la mejilla. -Papá, no hagas eso, es vergonzoso.

-No es cierto, soy tu padre y yo puedo darte todos los besos que quiera, ¿verdad Craig? -Volteé a verlo y vi como solo tenía una sonrisa en su rostro mientras asentía.

-Lo lamento campeón, sabes que no puedo ir en contra de lo que te diga tu papá Tweek. -Sonrió mi esposo mientras también agarraba a besos a Félix poniéndolo rojo.

- ¡Papás, por favor, ya basta! -Dijo riendo el niño y después de que lo dejamos en paz nos abrazo con fuerza. -Los quiero... - Fue casi un susurro para él mismo que también nos llego a nosotros, así que nos recostamos en el pasto, abrazándonos los 3.

-Yo los amo, a los dos. -Nos dijo Craig mientras nos veía, con ese amor que solo él podía darnos.

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- ¿Tweek? -La voz de Wendy me sacó de mi recuerdo, no me había dado que había empezado a llorar y la pareja Marsh solo me veían con tristeza.

No supe en que momento había empezado a llorar, sin embargo, cuando Félix se disponía a batear, vimos una camioneta de la NASA llegar al estadio, distrayendo a todos por el ruido que hizo peor que nos dejó a todos cuando vimos quien bajo de ella.

Estaba vivo.

Un viaje a la lunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora